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Opinión de Denis Márquez: Cambio poblacional y social

Lee la columna de opinión del representante por el Partido Independentista Puertorriqueño, Denis Márquez.

Denis Márquez | Columnista

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La reducción poblacional en Puerto Rico es un asunto serio que no hemos atendido como país. Durante los pasados 20 años, Puerto Rico perdió aproximadamente 524,000 habitantes como resultado de la combinación de varios factores.

La baja en el número de nacimientos o la disminución natural de la población y la emigración constante agudizada tras el huracán María que provocó, por ejemplo, el éxodo histórico de sobre 133,000 compatriotas en el 2018, son algunas de las causas, unido a la crisis económica y la quiebra del modelo colonial.

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Peor aún, el número total de residentes en el país no sólo se ha reducido consecuentemente, sino que las proyecciones demográficas de los distintos modelos que se utilizan a nivel institucional, en la academia y en las empresas de consultoría económica, coinciden en que la tendencia a la disminución poblacional continuará.

El escenario descrito presenta un reto para el Gobierno y la sociedad. Podemos anticipar que, como consecuencia del reducido número de nacimientos y del aumento en la esperanza de vida, la clientela de las agencias gubernamentales, municipios y corporaciones públicas estará constituida cada vez más por población envejecida, y cada vez menos por población joven, especialmente de infantes, niños y niñas. Ello representa una oportunidad para atender la necesidad de servicios educativos individualizados, en particular para la población estudiantil con diversidad funcional.

Por otro lado, los proyectos de infraestructura pública tendrán que ser planificados para servir a una población cuya edad mediana es cada vez mayor. Igual con las características infraestructurales de viviendas, tanto para el sector público como para el privado, se plantea el repensar los diseños que se adapten al perfil poblacional descrito anteriormente.

De igual forma, se limitarán las posibilidades de emplear a una fuerza trabajadora en edad productiva mientras que veremos a una población envejecida entrar en la ancianidad con recursos económicos reducidos que provocan que una alta proporción de dicha población vivan bajo los niveles de pobreza.

Esta realidad provoca una urgencia de atender este problema, de planificar, legislar y sobre todo de entender estos cambios para reconstruir la sociedad.

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