El Partido Popular Democrático celebra hoy sus 83 años de fundación. Las bases sobre las cuales se creó nuestro partido nos permitieron hacer justicia a un pueblo que, en aquel tiempo, sufría situaciones que hacían de la vida de la mayoría de los puertorriqueños una muy difícil, en especial los de menos recursos.
83 años después, el país se encuentra en una coyuntura parecida a la de 1938. Nuestros problemas de hoy son similares a los de entonces, solo que ahora muestran nuevas caras. Hace 83 años nuestro pueblo sufría los embates de la malaria y la turbeculosis. Hoy libramos una batalla contra el cáncer, diabetes y el coronavirus. Hace 83 años, miles no sabían leer ni escribir por la falta de una educación adecuada. Hoy miles de estudiantes fracasan de grado por la falta de acceso al internet y otros optan por abandonar su país pues no consiguen oportunidades de desarrollo. Hace 83 años, las grandes corporaciones acaparaban nuestras tierras dejando a nuestra gente sin un lugar digno para vivir. Hoy, miles sufren la falta de vivienda asequible mientras otros aún viven bajo toldos azules. En aquel entonces había que luchar contra la explotación laboral y hoy el salario mínimo insuficiente condena a miles de trabajadores a la pobreza. Las luchas y la razón de ser del PPD están tan vivas hoy como en su origen. Eso es así porque nuestra razón de ser es la gente.
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Ahora bien, no podemos ocultar que, mientras esto sucede, el PPD ha estado sumido en una guerra ideológica con poca o ninguna consecuencia positiva para el país. Eso tiene que terminar o no seremos alternativa.
Hoy, el PPD tiene la obligación de reformular las causas por las cuales se creó. Para eso, nos toca encaminar el proceso de diálogo y trabajo más intenso que hayamos realizado en tiempos recientes. Además del proceso tradicional de reorganización, tenemos que rediseñar la institución. Esa reconstrucción incluye cambios significativos en nuestras estructuras para hacerlas más representantivas; comenzando con la propia Junta de Gobierno.
La nueva generación de líderes estamos llamados a construir una agenda de país con énfasis en las causas que son urgentes hoy y que serán impulsadas por el PPD. Ese es mi compromiso como puertorriqueño y como popular. A enrollarse las mangas, amarrarse los tennis y a comenzar la reconstrucción de nuestro partido para que vuelva a parecerse a la gente a quien le debe su existencia. Juntos somos la fuerza. ¡Manos a la Obra!