Tuve la oportunidad de visitar recientemente una fábrica puertorriqueña de producción de alimentos. Fue una gran experiencia, ejemplo del empresarismo nacional que está creando producccion económica, empleos y productos de calidad. En otras palabras, contribuyendo a la sociedad con un modelo que dista dramáticamente del norte seguido por el gobierno de Puerto Rico, que durante décadas ha sido cómplice de la grave y frágil economía local con su modelo de exención contributiva a empresas e individuos extranjeros.
Desde la legislatura, el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) siempre ha denunciado esta política económica. Hemos insistido en investigar, auditar, fiscalizar y cuestionar los acuerdos de exención contributiva que otorga el gobierno y sobre los que ellos mismos, con total descaro y sin vergüenza, reconocen no fiscalizar.
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Uno de los ejemplos más recientes, la Ley 22, está en vigor desde el año 2012 y ofrece 100% de exención contributiva sobre ingresos pasivos a inversionistas extranjeros cuyas ganancias de capital tributan entre 0% y 10%. Solo 35% de los individuos acogidos a la Ley 22 tienen negocios (operaciones) en Puerto Rico, el 65% no tienen negocios aquí. La mayoría de estos inversionistas vienen para aprovechar esas exenciones contributivas y no tienen ningún interés en promover el desarrollo económico del país. La mayor proporción de la inversión millonaria que realizan, la hacen en bienes raíces que, en su mayoría, son activos improductivos que no generan actividad económica, particularmente en las áreas de empleo, producción o de ingresos. Tampoco tienen efectos multiplicadores sobre otros sectores de la economía de Puerto Rico, es decir, para vender esas propiedades más adelante.
Según estudios, una de las consecuencias de la ley 22 es la creación de 4,400 puestos de trabajo en su existencia, que representa una ínfima parte del empleo en Puerto Rico. Se deja de cobrar contribuciones injustificadamente a cambio de una mínima creación de empleos.
Es urgente comenzar un nuevo modelo económico basado en el desarrollo de una industria, comercio y agricultura nacional impulsando legislación y acciones de gobierno que promuevan este modelo. Pero sobre todo, son necesarios los poderes de la independencia para proteger nuestra producción nacional y establecer relaciones económicas de tú a tú con otros países. Es unirnos al mundo, por nuestro país y por nuestra gente.