Opinión de Jesús Manuel Ortiz: Con la salud no se juega

La noticia de que la Comisión Congresional de Energía y Comercio podría haber llegado a un acuerdo bipartita sobre una nueva asignación de fondos federales para el programa de Medicaid resulta un tanto agridulce para los puertorriqueños.

La aprobación de la medida tendría el efecto positivo de evitar que nuestro sistema de salud corra el riesgo de enfrentarse a un abismo fiscal a partir de este otoño una vez venza la asignación federal vigente. También resulta alentador que, gracias a los esfuerzos de nuestros aliados demócratas en el Congreso, se haya acordado que la asignación se haga por un periodo de cinco años. No queda duda de que ambos factores brindarían estabilidad a nuestro sistema de salud, lo cual siempre debe ser nuestra meta.

Sin embargo, resulta preocupante -y hasta un tanto indignante- que a Puerto Rico se le haya dado un trato distinto al que se le estaría dando al resto de los territorios de los Estados Unidos. La asignación de los demás territorios de los Estados Unidos se hará por un periodo de ocho años, mientras que el porcentaje de aportación federal por servicio de Medicaid (FMAP, por sus siglas en inglés), de los territorios es de 83 %, la nuestra es de apenas 76 %. Dicha tasa de FMAP no será suficiente, lo cual incrementa el riesgo de que el dinero se acabe antes de culminar el periodo de 5 años.

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El discrimen en las asignaciones federales para Medicaid se traduce en menos beneficios y acceso a servicios de salud de nuestras poblaciones más desventajadas. En vez de buscar alinearse con la propuesta republicana que nos daba un trato aún menor, la comisionada residente debió enfocarse en lograr el mejor acuerdo posible para la Isla.

Si existe un asunto por el cual todos deberíamos tener unidad de propósito en Puerto Rico, es la salud. No hay espacio para tratar de sacar ventaja política a costa de ese servicio esencial de nuestra gente. Ya de eso hemos tenido demasiado de parte del liderato del PNP.