De ordinario, los últimos días de sesión son muy ocupados ya que se aprueban una cantidad considerable de medidas legislativas. Obviamente, el presupuesto es una de ellas, quizá la más importante. Luego de la imposición de la ley PROMESA, uno de los requisitos para concluir con las funciones de la Junta de Supervisión Fiscal sobre las finanzas gubernamentales es la aprobación de cuatro presupuestos consecutivos balanceados. Desde la implantación de dicha ley PROMESA hace cinco años, el Gobierno de Puerto Rico nunca pudo lograr un presupuesto balanceado.
Hoy podemos decirle de frente al país que esta Asamblea Legislativa en Cámara y Senado ha aprobado el primer presupuesto balanceado. Esta acción constituye el primer paso para sacar de una vez y por todas a la Junta de Supervisión Fiscal. Los logros dentro de este presupuesto han sido varios, quizás no todos los que hubiéramos querido, pero ciertamente pudimos encaminar varias iniciativas en las que sin duda alguna debemos movernos si queremos fortalecer las finanzas públicas, proteger los servicios esenciales y reestablecer el desarrollo económico.
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En este presupuesto aseguramos $163 millones a la UPR priorizando el ofrecimiento académico y la otorgación de becas para apoyar a nuestros estudiantes, y $15.2 millones para apoyar la acreditación de los programas académicos del Recinto de Ciencias Médicas. De igual manera, aseguramos $10 millones para continuar brindando servicios de salud a la gente, $8.5 millones para la contratación de personal en salas de operaciones, neurocirujanos y especialistas de neurointensivo y $250 mil para apoyar a personas sin hogar.
Protegimos a nuestros trabajadores de la AEE que el gobierno no contempló en el plan de movilidad, además de $74 millones para mantener la operación y continuidad de los servicios que ofrecen los municipios para el mantenimiento de las escuelas, la transportación escolar, ornato, asfalto, mantenimiento de facilidades deportivas y $44 millones para crear consorcios entre los municipios para sus operaciones. Del mismo modo, protegimos la nómina, la compra de equipos y el reclutamiento de 400 cadetes de la Policía de Puerto Rico. Aún nos quedan batallas que dar y muchas metas por alcanzar. Queda trabajo por hacer.