Ayer se cumplieron 5 años de la aprobación de la ley PROMESA. Varios periódicos comentaron el Análisis del Centro para la Nueva Economía, titulado “PROMESA: ¿Un experimento colonial fallido?”. Según el Análisis, la respuesta es afirmativa, pues no ha cumplido con la mayoría de los mandatos provistos en la ley.
Sobre el costo al pueblo de Puerto Rico, los gastos proyectados por la Junta ascienden a más de $1,500 millones, cantidad que sobrepasa los $370 millones proyectados por la Oficina de Gerencia y Presupuesto del Congreso. Otros aspectos -que afectan las operaciones y el buen funcionamiento del gobierno- son los recortes de personal provocados por las medidas impuestas por la Junta. Esos despidos han provocado, primero, un aumento en la contratación de consultores(as) externos(as) -quienes no tienen la experiencia, entrenamiento, conocimiento ni preparación que tenían quienes ocupaban esos puestos regulares antes de los despidos- y, segundo, un aumento en “gastos inútiles”. Concluye el Análisis que “[e]n lugar de emplear personal local interno como una forma de desarrollar experiencia técnica duradera en Puerto Rico y fomentar el talento local, la JSAF ha optado por gastar en consultores externos, cabilderos y asesores, erosionando aún más la capacidad de Puerto Rico para deshacerse del organismo de control financiero y para implementar con éxito un programa de recuperación a largo plazo”.
Nos reafirma el Análisis que no funciona la insistencia de la Junta en recortar gastos en vez de eliminar exenciones fiscales que ascienden a decenas de miles de millones de dólares y que, al así actuar, “ha generado una ansiedad e incertidumbre indebidas entre la población y puede haber dañado permanentemente instituciones importantes para el desarrollo económico de Puerto Rico, como nuestra Universidad”.
En resumen, “los costos económicos, políticos y sociales asociados con el experimento colonial PROMESA han sido extremadamente altos y explícitos, mientras que los beneficios que pudimos haber derivado de él han sido pequeños y la mayoría siguen siendo bastante inciertos y contingentes”.