Las estadísticas de principios de año demostraban que nuestras medidas de control estaban siendo efectivas y nos encontrábamos en una posición favorable para comenzar un programa de vacunación masiva. Los cambios puestos en vigor por el recién entrante Gobernador Pierluisi buscaban flexibilizar de golpe todas las acciones que estaban en efecto a su llegada. Tres meses más tarde, el alza en la tasa de positividad es la más alta desde el comienzo de la pandemia en Puerto Rico, siendo el contagio y las hospitalizaciones dos de los renglones más preocupantes.
La situación que tenemos hoy requiere acción inmediata de todos. De nosotros como ciudadanos, y del gobierno para asegurar que nuestro sistema hospitalario no colapse y quedemos desprotegidos. Como ciudadanos, sabemos lo que tenemos que hacer; mantener distanciamiento físico, hacernos pruebas, vacunarnos y cumplir con todas las recomendaciones que ya conocemos. El resto está en manos del Gobierno.
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Lo primero que el Gobernador tiene que hacer es proyectarle al país que su gobierno ha tomado en serio la amenaza. No hay espacio para demostrar despreocupación o para tratar de que el mensaje solapado sea que aquí no está pasando nada. Hay que presentarse ante el país con la urgencia que el tema requiere, no solo en lo que se dice, también en lo que se hace. No es suficiente decir que se han administrado 2 millones de dosis de vacunas si la misma estadística dice que solo hemos usado el 58% de las dosis disponibles (según el CDC). ¡Hay que vacunar más! No podemos conformarnos con que hay pruebas disponibles, hay que eliminar la necesidad de tener orden médica para realizarse la misma y reducir el costo para la gente. No es suficiente reducir el porciento de ocupación de lugares cerrados, hay que suspender la utilización de comedores en interiores y fomentar el uso de estos en exteriores y el servicio “carry-out”.
La situación en la que hoy nos encontramos requiere que actuemos con firmeza ahora para proteger a nuestro pueblo y que nuestra ya maltrecha economía no sufra daños adicionales. Cuando se trata de dirigir un país, se lidera con el ejemplo.