Si usted participa de actos ilegales en campañas políticas o gobierno, sepa que, si lo atrapan, es altamente probable que lo dejen solo. No solo eso, usted podría ser el chivo expiatorio y para salvarse otros, lo hundirán a usted. Tengo la impresión que ese es el caso de la ex comisionada de la Junta Reglamentadora de Telecomunicaciones, Sandra Torres, que ahora resulta “actuó sola” en un presunto acto ilegal en beneficio de la campaña de Ricardo Rosselló Nevares, cuya figura política ha sido recordada más por escándalos que por obra.
La semana pasada el Panel del Fiscal Especial Independiente (FEI) presentó tres cargos contra Torres por presuntamente utilizar su puesto para obtener dinero de compañías que regulaba para la campaña de Rosselló.
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Otra de las personas que acusarían sería Kathy Erazo, recaudadora del PNP y suegra de Elías Sánchez, que a su vez fue director de campaña de Rosselló Nevares en el 2016 y quien participaba en actividades, a juzgar por una grabación, de la organización de recaudación de fondos para la reelección del renunciante gobernador. Según publicado por el mismo FEI, Erazo firmó un acuerdo ese organismo para “virarse” contra Torres, colaborar y tumbar la acusación en su contra.
En el 2019, NotiUno 630 reveló una grabación del ex secretario de la gobernación de Rosselló Nevares, Ricardo Llerandi, en la que éste presentaba a Elías Sánchez en una reunión con jefes de agencia sobre recaudación de fondos para la campaña política. “Vamos a pedirle al Lcdo. Elías Sánchez, que definitivamente vende mejor que yo, que les explique la importancia de porqué hay que dar nuestro máximo esfuerzo para la actividad (de recaudación)”, se escucha a Llerandi.
Luego se escucha a Sánchez: “…porque hay veces que cuando hablamos del tema de política, pues la gente “ahhh es política”, como si hubiesen descendido del cielo y cayeran allí en una agencia… Como si por obra y gracia de Dios descendieron de entre las nubes y cayeron allí. No funciona así”. Esta expresión sobre los jefes de agencia, en una actividad de organización de recaudación de fondos políticos, pone en contexto, en mi opinión, qué se espera de los jefes de agencia.
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En otra parte de la grabación se escucha a Llerandi decir: “Hablando de política; la paciencia también está agotada y yo creo que es el momento de que los que estamos comprometidos caminemos juntos y los que no, que se echen hacia un lado y dejen que otros lo hagan, es así de sencillo. Nosotros tenemos recursos internos y recursos externos, a buen entendedor pocas palabras bastan. Los recursos externos son los que vamos a pedir la colaboración para este primer esfuerzo. En esta distribución de taquillas para eventos, tenemos que estar claros que el 4 es para externos. Es una buena oportunidad para ver cómo está el compromiso. El lunes vamos a estar llamando, vamos a pasar la lista de los que no fueron. La expectativa ya ustedes la conocen, tomen acciones contundentes con aquellos que no asistan”. Esta expresión y su tono amenazante pareciera parte del libreto de una película sobre operaciones mafiosas donde, el que no llene “la expectativa” se le elimina con solo girar el dedo pulgar hacia abajo.
Esto demuestra la intensidad con que se presiona a un jefe de agencia para que recaude fondos, para que le saquen billetes a los “recursos externos”. ¿De verdad alguien cree que Sandra Torres, de ser cierta la imputación, actuaba sola? Para mí, todo es parte de una conspiración, no de un lobo solitario.
El presidente del Senado, José Luis Dalmau, anunció que no descarta iniciar una investigación senatorial y ofrecer inmunidad a Sandra Torres para que suelte todo lo que sabe. En mi opinión, el pueblo tiene que saber la verdad de cómo operan las campañas políticas y cómo estas se coluden con el gobierno para utilizar a este último como método de presión para sacarle el vivir a contratistas y regulados con fines partidistas. Pero no creo que Dalmau tenga la babilla de proceder con esa investigación porque lo que ocurrirá es que los traqueteos en administraciones populares también comenzarán a flotar en el agua, a la vista de todos y, sobre todo, a apestar también.
En el caso de Sandra Torres, si hizo lo que se le imputa, tendrá que decidir si muerde la bala por lealtad, si queda como la tonta útil de la campaña de Rosselló Nevares y si pone a sufrir a su familia para que la familia de otros duerman plácidamente.