La Comisión de Desarrollo Económico de la Cámara de Representantes lleva varias semanas celebrando vistas públicas sobre el contrato entre la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y la empresa Luma Energy mediante el cual se privatiza la corporación pública, en especial todo lo relacionado a la distribución y transmisión de la energía eléctrica para el país y sienta las bases para continuar privatizando la generación de energía con combustibles fósiles. No ha habido un día de vistas sin que se reciba información de lo terrible e irresponsable que fue el proceso de negociación y contratación de la empresa y de lo oneroso y leonino que es el contrato para la AEE y sobre todo para el país.
El proceso de selección se dio de espaldas al país, sin ningún tipo de participación ciudadana. Funcionarios con claros conflictos de interés participaron del proceso de selección de la empresa para luego ser parte del ente fiscalizador del contrato y su ejecución, comprometiendo de esa forma la imparcialidad. La Junta de Directores de la AEE aprobó un contrato tan complejo en 43 minutos sin ningún tipo de discusión o análisis, faltando claramente a su deber de fiducia impuesto por ley. Para colmo, el Director Ejecutivo ni ha leído el contrato que transforma y mutila la corporación que él dirige.
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El contrato contiene cláusulas que permiten el despilfarro de fondos públicos en diversos gastos y beneficios de la empresa privatizadora, la cual puede rescindir el contrato a su beneficio incluso en épocas de huracán u ocurridos los mismos. Todo el dinero para la puesta en vigor del contrato proviene de fondos públicos. Además, no tiene garantías reales de que la factura de energía eléctrica no sea incrementada.
Tampoco existen protecciones a los trabajadores y trabajadoras de la corporación que pasen a formar parte de la privatizadora. Miles de empleados se encuentran en un “limbo”, pues nadie en el Gobierno sabe qué pasará con ellos y su salario, si permanecen en el Gobierno.
Cada día que pasa me reafirmo en que es necesario cancelar este contrato, reconstruir la AEE como entidad pública y seguir insistiendo en la energía renovable.