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Opinión de Emilio Pantojas: El Martillo y la estadidad

Lee la columna de opinión del profesor Emilio Pantojas

Emilio Pantojas Metro PR

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La declaración del secretario de Estado, Larry Seilhammer afirmando que, aunque favorece la Estadidad reconoce que para que la Isla sea estado debe salir de la quiebra, asume una lógica, simple, directa y contundente: hay que ser fiscalmente responsables para ser admitidos como estado de la Unión. Esta impecable lógica se “cae de la mata”, como dijo el gobernador Pedro Pierluisi tratando de tirarle la toalla. No obstante, cayeron como un golpe seco y contundente a la casa de cristal que es el mito de la estadidad como un derecho humano.

La Declaración Universal de Derechos Humanos, proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948 afirma en su primer artículo el derecho de los individuos a la libertad y la igualdad: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales…” (https://www.un.org/es/universal-declaration-human-rights/). En la lista de 30 derechos de todos los seres humanos no dice nada sobre el derecho a la anexión, voluntaria o involuntaria de un país o pueblo por otro. Tampoco menciona la “estadidad” por nombre en esa lista.

En cuanto al tema de descolonización que la ONU enfrentaría después de la segunda guerra mundial, cuando el desmantelamiento del colonialismo se entendió como una condición necesaria para la paz, la ONU aprobó dos resoluciones que ha refrendado como aplicables a Puerto Rico en numerosas ocasiones: La resolución 748 (VIII), de 1953 reconociendo a Puerto Rico como un territorio autónomo y no dependiente, con gobierno propio y asociado a Estados Unidos. Esta resolución removió a Puerto Rico de la lista de territorios no independientes.

En 1960 la Asamblea General de la ONU aprueba la resolución 1514 (XV), que se conoce como la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales. Desde 1978, el Comité de Descolonización de la ONU ha reconocido la aplicabilidad de esta resolución al caso colonial de Puerto Rico. Ante la comunidad internacional cualquier proceso de descolonización que pretenda legitimidad deberá proceder de acuerdo con esta resolución. Dicha resolución hace claro que para que un proceso descolonizador se complete, el pueblo colonizado debe poder ejercer soberanía sobre su territorio y condición política.

No obstante, la estrategia del Partido Nuevo Progresista se ha centrado en tres ejes: (1) convencer a los puertorriqueños que “la estadidad es para los pobres”—por la “lluvia” de ayudas federales que traería, (2) cabildear para que el Congreso de Estados Unidos anexe a Puerto Rico por “decreto”—ejerciendo la soberanía colonial de este cuerpo sobre la Isla, y (3) convencer a los norteamericanos y a los puertorriqueños, que el “derecho a la igualdad” de los individuos se materializa en la estadidad. Se olvida que el primer artículo de la declaración habla de individuos, seres humanos libres e iguales, no de países ni territorios. Se confunden deliberadamente los derechos de los individuos a la igualdad y la libertad con los derechos de los pueblos a su autodeterminación e independencia. No existe el “derecho a la estadidad” en la Declaración de Derechos Humanos de la ONU, ni la estadidad es una fórmula descolonizadora ante el derecho internacional. La Estadidad, como acto de soberanía del Congreso norteamericano sobre la Isla, resolvería el problema del estatus, pero no es una acción descolonizadora.

He preguntado si Larry Seilhammer (cuyo apellido traducido del alemán significa soga-martillo), tenía algún apodo en sus días de baloncelista; nunca escuché al famoso locutor Manuel Rivera Morales llamarlo de otro modo que Seilhammer. Nadie sabe si tiene algún apodo, pero de ahora en adelante lo recordaré como “El Martillo” Seilhammer. De un solo golpe “El Martillo” Seilhammer ha descarrilado las estrategias demagógicas sobre la estadidad desde el Plan Tennessee a la Comisión para la Igualdad y la Ley 167 para crear la Delegación Congresional de Puerto Rico para cabildear por la estadidad. Como dirían mis estudiantes: ¡Boom! La estadidad no es un derecho humano, hay que ganársela y el PNP no lo ha logrado, como demostraron las elecciones del 3 de noviembre de 2020. (https://www.youtube.com/watch?v=-V31lNzCWJQ)

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