Sectores de la comunidad científica en Puerto Rico han hecho todo lo que han tenido a su alcance para educar e informar sobre las medidas que deben adoptar el gobierno y la ciudadanía -porque ambas van de la mano- para atender la pandemia de la COVID19 y sus efectos. No existe tal cosa como la salvación individual. Vivimos en un colectivo, en una sociedad y por tanto, la respuesta debe ser colectiva, participativa y democrática. Es decir, no se puede exigir una respuesta individual, sobre todo a personas sin recursos, muchas sin techo, sin sustento o aquellas privadas de libertad.
Debió convocarse a representantes de la comunidad científica y de la clase trabajadora para resolver el dilema sobre cómo evitar un cierre total y poder continuar ofreciendo servicios mientras se logra salir de la emergencia. Los centros de trabajo en el sector privado que están organizados sindicalmente negociaron acuerdos que establecieron unas medidas rigurosas de salud y de seguridad y también algunos negocios han establecido modelos creativos de hacer negocios: turnos más cortos, entregas, servi-carro, online, pick-up, terrazas, mercados, horarios más cortos, aumentar las licencias con paga para garantizar que se observe la cuarentena y permitir la recuperación, recesos entre turnos para asegurar un descanso pero también para desinfectar, suplir y exigir el uso del equipo protector adecuado, mayor limpieza, pruebas periódicas, rastreos y comités de salud, entre otros.
Debido al manejo inadecuado de la pandemia, la clase trabajadora se encuentra sumergida en un desgaste total: físico, emocional y mental. El enfoque del gobierno y del “sector económico” sí debería ser evitar un cierre total, claro que sí, pero nunca se ocupó de tomar medidas para lograr un balance entre el trabajo y la salud. Han pasado muchos meses y poco se ha visto sobre un cambio en las condiciones de trabajo que permita que se continúe laborando de igual forma. Hay que tomar medidas urgentes colectivas de la mano con la clase trabajadora que es quien mejor conoce las deficiencias y sabe cómo mejorarlas. Sólo si trabajamos en conjunto -con participación de todos los sectores: la comunidad científica, la clase trabajadora, el sector patronal y el gobierno- podremos mitigar y superar esta crisis.