La ausencia de justicia electoral quiebra la integridad tan necesaria de los procesos democráticos. De esa integridad depende la confianza pública en los procesos electorales y políticos. La inclusión, la transparencia y la responsabilidad son fundamentales para recuperar y desarrollar esa confianza.
Puerto Rico está cambiando frente a nuestros ojos. Ver cómo construimos la nueva historia de este maravilloso archipiélago es muy esperanzador. Los retos que enfrentamos como sociedad son muchos pero los supera con creces nuestra voluntad de cambio. Un cambio que ha provocado que el reconocimiento de la necesaria gesta fiscalizadora del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC).
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Se trata de brindar transparencia y restaurar la confianza -en esta ocasión- en la Comisión Estatal de Elecciones, una institución que había sido reconocida como funcional, pero que igual que muchas otras en este cuatrienio, nos brindó lo peor de su ejecutoria: discrimen contra personas de la comunidad trans, deficientes campañas de inscripción electoral, improvisación y falta de organización en el proceso de primarias, actuaciones desautorizadas del secretario al dejar sin efecto Resoluciones del Presidente que habían certificado todas las candidaturas de MVC, la renuncia del Presidente, la aprobación de un nuevo código electoral a finales del cuatrienio con la objeción de todos los partidos políticos excepto el PNP, las certificaciones prematuras de candidaturas, la admisión del actual Presidente de no haberse leído su ley orgánica, la aparición de maletines -que no habían sido contados- en distintos lugares de nuestras islas, la desorganización en el proceso del Voto Adelantado, la negativa a la entrega de las listas finales de electores que solicitaron y ejercieron el Voto Adelantado, el descuadre en las actas, y muchas otras circunstancias que agudizan la desconfianza que tiene el pueblo sobre sus instituciones.
Sin embargo, lo positivo de todo este proceso ha sido que las personas que vivimos en Puerto Rico hemos asumido la participación activa en nuestros procesos, porque sí, son nuestros. La gran cantidad de personas que han servido como funcionarias, como observadoras y la cobertura de la mayoría de la prensa, ha ayudado a confirmar las denuncias del MVC y mover la balanza a favor de las grandes mayorías que vivimos en este hermoso lugar, y no a favor de la minoría que se ha dedicado a ocupar cargos públicos para beneficiar a los pocos que pertenecen a un sector económico inescrupuloso.