La salida del ingeniero José Ortíz de la dirección de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) plantea la gran interrogante de qué ocurre dentro de la corporación pública y que ha provocado que en 27 años hayamos tenido 14 directores. Así es ¡14 cambios! y un monopilio quebrado.
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Una empresa privada que se maneje así, con 14 cambios de dirección, probablemente antes de llegar a la mitad de esa cantidad, ya está liquidá.
Desde 1993 hemos tenido a Miguel Cordero, Héctor Rosario, Edwin Irizarry, Jorge Rodríguez, Alberto Escudero, Josue Colón, Otoniel Cruz, Juan Alicea, Javier Quintana, Ricardo Ramos, Justo González, Walter Higgins, Rafael Díaz Granados y José Ortiz. ¿Qué organización queda de pie con ese cambia y cambia?
La primera razón para tener esta pasarela de directores son los cambios de gobierno. Desde el 2000 cambiamos de gobierno cada cuatro años. ¿Qué implica eso? Que mucho de lo que se pudo haber avanzado en cualquier renglón, se echa en un zafacón, porque “es de los penepés” o “es de los populares”.
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Por ejemplo, ¿cada cuánto le hemos hecho cambios al sistema contributivo en Puerto Rico, a la reforma de salud y otros en los pasados 20 años? Esos cambios constantes provocan inestabilidad. Llegar a una empresa, en este caso a una corporación pública tan compleja, y caer en tiempo, entenderla, adaptarse, estrablecer y comenzar a ejecutar la visión, los planes, no toma semanas. Es algo que puede tomar meses o años. Entonces, Fulando de Tal arranca, no ha terminado de desarrollar un plan y ya lo están sacando para poner a otro. Ese otro arranca, no ha culminado el proceso de adaptación y “pa’ fuera”, viene el otro.
La AEE ha tenido directores que han durado días. Son nombrados, explota una controversia y “¡pa’ fuera!”. El caso más dramático ha sido este cuatrenio. ¡Cinco directores ejecutivos en menos de 4 años! Esto es un verdadero desastre.
Al serio problema de cambios en la dirección de la AEE, se le añade la otra pregunta: ¿cuánto dinero se le ha inyectado a la corporación pública, cuánto le han sacado al bolsillo de los consumidores, cuánto en préstamos, para tener este desastre?
“Lo que vemos aquí es un agrogenerador que en las próximas semanas producirá 1.3 megavatios proveniente de energía eólica, para mover la operación de la planta de alcantarillado sanitario de Puerto Nuevo”, dijo el ex-gobernador Luis Fortuño el 27 de marzo de 2012 en referencial al llamado “Molino de la Kennedy” en San Juan. Ese molino costó 5.5 millones de dólares. Vaya usted hoy a ver cómo solo sirve de decoración porque donde lo construyeron no hace suficiente viento para mover sus aspas. ¿Quién fue uno de los responsables de ese proyecto en 2012? El ingeniero José Ortiz, según expresó el 25 de febrero de 2015 el pasado presidente de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), ingeniero Alberto Lázaro.
Integrantes de la administración de Fortuño acusaron a la administración posterior, de Alejandro García Padilla, de no querer poner a funcionar el bautizado “molino de la Kennedy” para hacer quedar mal al ex gobernador Fortuño. Sin embargo, hoy jueves 6 de agosto del 2020 llevamos casi 4 años de una administración PNP. ¿Echaron a correr el molino? Allí sigue de decoración, sin uso. Y lo increíble es que 6 años después del anuncio, se nombra en la dirección de la AEE al responsable de autorizar ese desperdicio de fondos públicos. En este cuatrenio el ingeniero Elí Díaz Atienza fue presidente de la AAA mientras José Ortíz era director ejecutivo de la AEE. Dos personas muy allegadas. ¿Porqué no echaron a correr el molino? Del 2017 al 2020 no pueden usar la excusa de que “fue por culpa de los populares, que no lo echan a correr”.
De otra parte, el gasoducto del sur bajo una administración popular y Vía Verde bajo una penepé. ¿Recuerdan esos proyectos? ¿Cuánto dinero se botó en ambos? Podemos ir administración por administración y en la AEE se ha botado demasiado dinero. Aumentos en las facturas, inyecciones económicas con emisiones de bonos y lo que tenemos es una porquería de sistema.
Sin duda la AEE es un monstruo cuyas deficiencias son provocadas por diversos factores que no se limitan a lo planteado. Las locuras dentro de la corporación pública llegan al punto de que hay una unión de gerenciales. Así como lo oye, ¡de gerenciales! Hasta Viagras le pagaba el pueblo de Puerto Rico a los miembros de la UTIER que la requerían. Y con esto no digo que esas sean la razones o las únicas razones del desmadre. “Grano a grano se le llena el buche a la gallina” dice un refrán, y los desmadres en la AEE van desde lo poquito hasta lo demasiado. ¿Resultado? Miles de de abonados no tienen luz hoy después de unas fuertes lluvias por los cambia y cambia, por las malas administraciones. ¿Existe alguna jurisdicción que haya quiebrado un monopolio como ha hecho Puerto Rico? La AEE esta abocada al fracaso.