En ocasiones anteriores me he expresado a favor de la privatización de algunos servicios del gobierno, principalmente por medio de alianzas público-privadas. Ahora bien, no todo se puede privatizar de una u otra forma en el sector público. En el caso de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), desde mi punto de vista, se puede seguir algo parecido a la venta de la Teléfonica de Puerto Rico, no exactamente igual, pero sí parecido.
La operación escencial de la AEE se divide en generar, producir electricidad y luego transmitir la misma hasta su hogar o negocio. ¿Quienes generan electricidad en Puerto Rico? La propia AEE con petróleo, Ecoeléctrica con gas natural, Pattern Energy con molinos de vientos, AES con carbón y algunas compañías con energía solar. Esas privadas contratan con la AEE para venderle su producción, por lo que la corporación, aún pública, tiene diversas fuentes de energía para jugar con la factura en un complicado esquema que casi nadie entiende.
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Esta semana se anunció el acuerdo para ceder la operación y mantenimiento de la red eléctrica, por medio de una alianza público-privada con el consorcio LUMA. Es decir, éste administraría el sistema de transmisión y distribución, no la generación. Contrario a lo que muchos pensaron, no se está privatizando dicho sistema mediante venta, más bien se le cedería la administración, la operación y el mantenimiento del mismo. ¿Es eso un buen negocio?
La primera pregunta es si usted está satisfecho con el servicio. Cuando la luz se vá en su casa, principalmente es porque ese sitema de transmisión falló, por la razón que sea, no es porque la AEE o alguna de las empresas privadas dejó de producir energía. Sí, hoy tenemos un mejor sistema de transmisión que el que teníamos antes del impacto del huracán María y eso tiene una explicación muy sencilla y elemental: mucho de lo que cayó se levantó nuevo, ya sean postes, cablería, etc.. Obviamente, falta demasiado para tener una infraestructura completamente nueva y fortalecida. Debo suponer que en algún momento futuro debe hablarse de qué pasará finalmente con ese asunto, si habrá el dinero o no para levantar el grid nuevo en su totalidad, pero hoy, no tenemos un sistema de transmisión y distribución sólido, y estamos hoy lejos de tenerlo.
Cuando hablo del modelo de la venta de la Telefónica de Puerto Rico me refiero a que en aquel momento se vendió dicho activo liberando el mercado de la telefonía. La realidad es que si no se hubiese vendido, y conociendo la operación de nuestros políticos, hoy tendríamos otra corporación pública en quiebra. “Ah, pero dejaba dinero”. Repito, hubiese seguido en manos de la clase política, lo que significa que de una corporaciópn que dejaba dinero, con la deshonrosa forma de administrar de nuestro gobierno, la hubiesen quebrado con la misma pasión que quebraron la AAE y la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA). Apuesto lo que sea que si no se hubiese vendidola Telefónica, hoy nuestra deuda sería más grande.
¿Qué es liberar el mercado? Que haya competencia, que usted compre a quien mejor le ofrezca. Piense sin atadura política: ¿tuviesemos hoy las ofertas de telefonía celular si solo el estado ofreciera ese servicio? ¿Sí? Dígame, ¿cuándo ha visto un especial” de de energía de la AEE?
Desde mi perspectiva, en el caso de la energía, lo ideal sería como ocurre en otras jurisdicciones, que usted puede hacer contrato con quien le represente major beneficio. Si la compañía de molinos de viento ofrece más barato, hago contrato de X cantidad de años. Suponiendo que me vende la electricidad a 15 centavos el Kwh y yo consumo 1,000 Kwh, pues sería $150.00 de compra de energía. A eso, la AEE cobra su fee por llevar la energía de punto A a punto B. Eso es muy distinto al lo ocurrido con la AAA en los ’90, y luego entre 2001 y 2004 con la Compañía de Aguas y Ondeo, respectivamente. En el caso de la AAA es muy distinto porque usted no puede realizar APP con los cuerpos de agua.
Ciertamente, el anuncio del gobierno tiene un reto grande: ganarse la confianza de la ciudadanía, mucho más cuando los primeros disparos que sonaron fueron los de la falta de transparencia. La discusión de este contrato apenas inicia y por ahí saldrán, naturalmente, más detalles. ¿Cuán complicados o comprometedores puedan ser? Eso estará por verse. Lo que sí es seguro que la privatización, por medio de APP, de la red eléctrica es el inicio. Luego vendrá lo que queda de generación de energía, o sea, las plantas, lo que dejará en manos del sector privado. ¿Las personas mudándose a energía renovable con placas solares? Ese será otro reto para los que vengan.