La salida de la secretaria del Departamento del Trabajo, Briseida Torres, es la crónica de una salida anunciada. No es lo mismo navegar la embarcación con el mar en calma que en medio de una tormenta y olas de 50 pies.
La primera consideración para removerla debió ser el humano, pero me temo no fue así. Miles y miles de desempleados estuvieron haciendo largas filas para que al final le dijeran que tenían que volver porque no tenían tal o cual documento. Eso en el caso de los que podían antender, porque otros se tenían que ir sin que se les atendiera. Esto no es algo de las pasadas dos semanas. Estamos hablando de al menos 10 semanas de martirio sin que la gobernadora Wanda Vázquez tomara cartas en el asunto.
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El 29 de abril la primera mandataria se personó a la oficinas centrales del Departamento de Trabajo como parte de una estrategia publicitaria para proyectar que ella personalmente iba a poner orden en el proceso. Aseguró que pondría todos los recursos que necesitara la agencia para atender a “mi pueblo”. Pasó una semana y “mi pueblo” siguió en las mismas. Dos semanas y “mi pueblo” veía que no llegaba la ayuda. Tercera semana y los problemas para “mi pueblo” aumentaban porque se les acababa el dinero y la ayuda no les llegaba. Cuarta y quinta semana, “mi pueblo” sufriendo y se hacía evidente que la promesa de la gobernadora Wanda Vázquez fue otra cogía.
También fue a la agencia el representante Jorge “Georgie” Navarro para “resolver” el problema. Su sugerencia principal, o por lo menos la que escuché, fue mover el proceso del servicarro de Hato Rey al Centro de Convenciones en Miramar. Briseida pareció confiar en Georgie y movió el problema de la Milla de Oro a Miramar. O sea, llevó el desastre de un punto a otro punto porque en Miramar fue igual de desastroso. Y “mi pueblo” esperando sin que La Fortaleza hiciera algo.
En una entrevista, comenzando el proceso de lockdown, le recomendamos a la secretaria Torres ampliar la jornada laboral de los empleados. “Eso lo estamos considerando”, fue su respuesta. Semanas más tarde, al ver que el problema estaba creciendo, volvimos a entrevistarla y a preguntarle si se estaba ampliando la jornada laboral. “Se está trabajando en eso”, me parece recordar que fue su respuesta. ¿Saben qué? Hoy, esos empleados públicos que estan tratando de ayudar a los desempleados, siguen en su horario regular de lunes a viernes.
Si todos empleados estan comprometidos con ayudar al pueblo de verdad, yo estoy seguro que se quedan en turnos de 12 horas, 6 días a la semana por un período de dos o tres semanas. Ciertamente brindándoles protección, pagándoles su tiempo extra como estipule el convenio, pero también brindándoles alimentos, agua, todo lo que requirieran para trabajar sin parar. ¿Un bonito adicional? ¿Por qué no? Otro asunto es que se tenía que simplificar el proceso y la solicitud. La entrega de la solicitud de desempleo, una carta del patrono con los detalles de jornada, una identificación y un documento en el que se advierte que se auditará y que se expondría a cargos criminales en caso de someter información falsa o fraudulenta era suficiente para aprobar y desembolsar la ayuda a cada ciudadano. En el caso de los que trabajan por servicios profesionales solicitar los mismos, aunque en lugar de una carta del patrono, acompañar la solicitud con una declaración jurada que contenga los datos que requiera el departamento y su certificado de comerciante.
Hubo sugerencias válidas y ejecutables de sobra. Pero ninguna fue acogida por Briseida Torres. Si hubo otras razones o presiones para hacer nada, entonces es decisión de ella guardar silencio y que su nombre profesional quede con la mancha porque su desastre quedará en la historia de la agencia. De hecho, el Secretario de Asuntos Públicos de La Fortaleza indicó que le dieron a Torres todos los recursos que necesitaba y que ella no resolvió. ¿Cuáles fueron “todos los recursos”? ¿Mover el la operación al Centro de Convenciones?
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La salida de Briseida Torres se dá exactamente a dos meses de la primaria entre Wanda Vázquez y Pedro Pierluisi. Ayer fue 9 de junio y la primaria es el 9 de agosto. El que crea que una cosa no tiene que ver con la otra, pues es muy ingenuo. No hay duda que Briseida le estaba costando políticamente a la gobernadora y ese fue el peso principal. No es que las necesidades de los desempleados no fuera importantes, pero en este caso es totalmente creíble que la primaria tuvo más peso que la necesidad de “mi pueblo”.
Hablamos de casi tres meses de sufrimiento de los desempleados de “mi pueblo” y Wanda Vázquez no hizo nada. Cuando entramos en la recta final de la primaria, entonces saca a Torres del panorama.