La llegada del Covid-19 a la isla me ha llevado a cuestionar algunas cosas, y una de ellas no ha sido discutida en la opinión pública: el abuso del uso innecesario de facilidades médicas. No me mal interprete. No es que estoy en contra de que las personas utilicen instalaciones médicas, mi punto, o más bien pregunta, es si realmente todos los que van al hospital, es porque realmente lo necesitan o si hay un porciento alto que van sin ser realmente necesario.
Desde la década de los ’90 tenemos un sistema de salud público que nos ha traído serios problemas económicos porque se diseñó sin controles efectivos y las veces que se ha tratado de corregir por un gobierno, la oposición de esa administración lo utiliza como munición política para ganar votos, sin importarle si el diseño del modelo nos lleva a la quiebra o no.
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Cuando inició la crisis local del Covid, hace casi dos meses, el temor era que los hospitales iban a abarrotarse, que no habría ventiladores suficientes y que se podría llegar al punto que llegaron en algunas jurisdicciones europeas de tener que elegir quién moriría y quien no, porque los ventiladores para los casos extremos no eran suficientes.
¿Cuál fue el caso de Puerto Rico? El viernes de la semana pasada solo había, en todo Puerto Rico, 13 ventiladores en uso, los hospitales están vacíos y han tenido que entrar en un porceso de despidos por falta de pacientes, según ha trascendido. A eso le sumamos que las muertes, a esta fecha, ha rondado los 100, un número considerablemente bajito con lo que se sospechaba ocurriría y en comparación con otros jurisdicciones. Sí, el toque de queda/lockdown y que la ciudadanía los haya respetado, en terminos generales, ha provocado que los contagios y muertes sean menores. Esa es mi opinión.
La ciudadanía no está utilizando los hospitales. ¿Era ese el panorama hace unos meses, unos años? Quizás, como en todo, ha ido bajando el uso por cuestiones de la emigración, pero de ordinario aquí la utilización de los hospitales era “tan necesaria” como ir al supermercado.
En el caso de los hospitales, no es que la ciudadanía dejó de enfermarse de la noche a la mañana. Tampoco es que decidieron “romper en frío” los agresivos síntomas, si fuera el caso, del Covid o que prefirieron “morir” en sus casas sin recibir atención médica por no visitar un hospital. Mi impresión es que con el temor de contagio en un hospital, prefirieron, los que se enfermaron por cualquier cosa, atenderse en su casa porque entendieron no era algo de vida o muerte. Entonces, recordando que es mi impresión, si ese fue el caso, ¿hemos explotado los hospitales y sobrecargado en terminos económicos el sistema de salud público, cuando quizás miles y miles de casos pudimos atenderlos en nuestras casas sin necesidad de usar una facilidad médica?
Quizás podamos pensar que hoy se usa más la teleconsulta, y puedo entenderlo de un porciento de la ciudadanía, pero no me venga que el 100% de los que dejaron de ir a los hospitales, se metieron toditos a teleconsulta para ser atendidos. ¡No way!
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Usted debe haber escuchado las historias de las personas que van al hospital hasta por un dolorcito de uña, y que repiten la visita a los pocos días porque entonces le duele una oreja, y mientras, como no les cuesta, pues….
En mi casa no por cualquier cosa visitamos el médico, mucho menos un hospital. En el sector privado, de ordinario, mientras más “millaje” se le mete al plan médico, más vá a costarle el mismo en la próxima negociación al patrono y/o a usted, por lo tanto, se promueve un uso prudente, contrario al del sistema público, que como no paga el paciente, pues miles le dan un uso “I-li-mi-ta-douuu”. No hay duda, como en todo, está el ciudadano responsable y conciente que le dá el uso prudente y realmente necesario, así que si usted cae dentro de esos, no se dé por aludido cuando se hable de abusadores. Ahora, si es de los que se mete a una sala de emergencia o cualquier facilidad médica hasta porque sintió un piojo en la cabeza, usted sí siéntase aludido.
Nuevamente, el hecho de que los hospitales esten vacíos en este momento me hace cuestionar si se abusa de un sistema que ha aportado en gran medida a la quiebra que tenemos en las espaldas y que amenza otros servicios. Teniendo ese panorama, ¿no es hora de revisarlo y poner algunas restricciones, que los usuarios aporten algo que no sea simbólico? No sé, que una persona realmente indigente pueda usar una facilidad médica cierto número de veces al mes sin costo, por poner un ejemplo, y que luego de eso, si sigue yendo al hospital por cosas que pueden atenderse en las casas, pues que pague por ese servicio, pero “free for all”? no debe seguir ocurriendo. ¡Ah! ¿Un ciudadano indigente que que necesite una operación? “Full blast” con él. Con eso no tengo problema porque esos casos no son mi punto.
Después de todo, el Covid parece habernos dado otra lección: que hay muchas cosas que podemos atender sin la necesidad de abarrotar hospitales o facilidades médicas y que les cuesta cada vez más a los contribuyentes que cargan la pesada mochila de una deuda.