La situación que vive Puerto Rico es trágica y amenaza con ponerse peor. Mas allá del alcance del COVID-19 en la Isla, los puertorriqueños estamos sufriendo otros problemas que convierten nuestra situación en una bomba de tiempo.
La pandemia nos ha obligado a detener operaciones comerciales de toda índole. Decenas de miles de puertorriqueños han perdido su sustento.
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El estímulo federal aprobado por ambos partidos en Estados Unidos no llega porque el Departamento del Tesoro federal no está satisfecho con los procesos del Departamento de Hacienda de Puerto Rico. Esa ayuda aliviaría las alcancías que ya se quedan sin dinero después de más de un mes sin trabajar, pero el Secretario de Hacienda arrastra los pies.
El procesamiento de solicitudes de Seguro por Desempleo es caótico y ha dejado al descubierto una enorme falta de diligencia por parte del gobierno, a pesar de que los empleados del DTRH han hecho lo más que pueden. El Departamento no está preparado para recibir, procesar y aprobar las casi 200 mil solicitudes recibidas desde el 16 de marzo de 2020. Llevamos semanas en esta situación y la Secretaria del Trabajo arrastra los pies. Otro caso similar vemos con los beneficios del PAN.
Hasta esta semana, se anunciaba que en la plataforma digital ya habían recibido más de 70 mil solicitudes de asistencia de alimentos. De estas, sólo 13 mil se han procesado y solo unas 3,100 han sido aprobadas. El Secretario de la Familia arrastra los pies. Mientras tanto, para poder devolver a la gente a sus talleres de trabajo hay que hacer pruebas para conocer el impacto real del virus en Puerto Rico. El Secretario de Salud arrastra los pies. El resultado es una olla de presión. La pandemia impide que los trabajadores generen ingresos, pero la burocracia y lentitud gubernamental impiden que las ayudas lleguen.
Esta es la tormenta perfecta para que, en unos días, agobiados por la falta de recursos para comer, nuestras calles se inunden de gente buscando el pan para su familia, mientras nuestro enemigo invisible llamado el COVID-19, nos acecha.