Uno de los mandatos constitucionales en Puerto Rico impone al Gobierno proteger nuestros recursos naturales. Esa disposición, además de influenciar en nuestra economía a través del turismo, tiene un impacto importante en la vida de los puertorriqueños. El problema es que el Gobierno no hace nada para cumplir con esa responsabilidad y ha abandonado nuestros más preciados recursos naturales. Y esa aseveración no es una mera impresión mía. En este cuatrienio, se consolidaron las agencias de protección ambiental bajo la dirección del DRNA para supuestamente tener ahorros y ser más efectivos. Nada de eso ha sucedido. El DRNA esta manga por hombro y ni siquiera tiene dirección en propiedad desde octubre de 2019. Informes de prensa presentan un cuadro de abandono de instalaciones, falta de equipo, incapacidad administrativa e inacción para hacer cumplir las leyes ambientales.
El gobierno del PNP ha sido irresponsable al atender problemas relacionados con recursos naturales como la emergencia en nuestras costas a causa de la erosión, el manejo del sistema de bombas del área de Ocean Park y la investigación de querellas sobre acciones ilegales contra el ambiente. No podemos dejar fuera el abandono total del DRNA a nuestros parques nacionales como Boquerón (no lo han transferido al municipio) y las cavernas del Río Camuy, entre otros. La explicación del desastre quizás está contenida en la orden ejecutiva de Ricardo Rosselló que le quitó protecciones legales a 7 reservas naturales, en lo que, sin duda, es un atentado contra nuestros recursos. A todo esto, añada que, en octubre pasado, nos enteramos de que el FBI investiga actos de corrupción en el DRNA, escándalo que provocó la renuncia de la entonces secretaria Tania Vázquez.
Todo esto se une a la realidad de que el DRNA solo cuenta con cerca de 300 vigilantes para proteger bosques, reservas naturales y refugios de vida silvestre. Esto representa 200 vigilantes menos de lo necesario, por lo que hoy contamos con alrededor de 5 por cada instalación a proteger. En fin, el gobierno del PNP ha debilitado las protecciones a nuestros recursos naturales y ha sumido al DRNA en una critica situación. Estamos ante una clara agenda contra el ambiente.
