Si algo ha quedado claro sobre el famoso video de la gobernadora Wanda Vázquez es que nada ha quedado claro. Me refiero, claro está, al ya famoso video en el que la imagen de la gobernadora aparece en medio de música épica, fotografías de los afectados por los terremotos del sudoeste y, como puntillazo final, la frase “Mi prioridad eres tú”. Para entender que no entendemos nada, resulta preciso hacer un recuento de hechos.
Para comenzar, la divulgación del video. Tras darse a conocer, las redes sociales explotaron en comentarios que intentaban intuir las intenciones de la pieza. Aunque para muchos pareció inofensivo el video en cuestión, otros tantos acusaron a la gobernadora y su equipo de insensibilidad y de intentar ganar terreno político con la tragedia de los ciudadanos de la zona. En esta etapa se llegó el primer intento de rectificación. En la mejor tradición política, la gobernadora intentó establecer que la indignación de los ciudadanos era un intento por tergiversar el video. Algo así como “no soy yo, eres tú”. No es que el uso de imágenes de los afectados podría dar la impresión de que, en efecto, se usaba a los afectados. Según la gobernadora, se trataba de la tergiversación de un clarísimo mensaje de empatía y solidaridad. La culpa es de otro. No de la selección del mensaje y su ejecución. El video no es político, afirmó.
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Pero esa afirmación levantó nuevas preguntas. Si el video no es “político”, entonces, ¿qué tipo de video es? Si su intención no es electoral, entonces, ¿cuál es? La gobernadora tiene dos “sombreros”. El de gobernadora y el de candidata. Por lo mismo, parecería sensato concluir que si el video no corresponde a su encarnación como candidata, entonces debe corresponder a su posición gubernamental. Y todo por una razón muy sencilla: Vázquez no tiene más sombreros que colocarse. Es aquí cuando surge otro “problema” a la hora de intentar descifrar el misterio del video. Al no ser un video “político”, ¿se pidió permiso a la Junta Reglamentadora de Anuncios de la Comisión Estatal de Elecciones antes de publicarlo? Según el presidente, la respuesta es no. El video fue publicado sin haber sido evaluado por la Junta.
Todo esto nos lleva a una inevitable conclusión. Alguien intenta tomarnos el pelo. El video o es electoral o es gubernamental. Intentar plantear que el video existe, pero es “ninguna de las anteriores” no es intelectualmente honesto. También intentar cubrir una falta —o una omisión involuntaria en el mejor de los casos— con el típico discurso de la culpa es del que no entiende, se confunde o actúa de mala fe al “no entender”.
Algo de claridad no vendría mal. Eso, o querer que concluyamos que el videíto de “no campana” es un regalo a la tierra del mismísimo Espíritu Santo.