El Gobierno de Puerto Rico está muy ocupado con el asunto de los movimientos telúricos como para pensar en la prevención del llamado coronavirus. Por lo menos se puede inferir ese estado de situación luego de que el secretario de una de las agencias mas importantes del país (Departamento de Salud) expresó con candidez que la ventaja que Puerto Rico tenía era que aquí no se recibían vuelos internacionales de China. Secundo lo que dijo la profesora Ada Álvarez Conde sobre dichas expresiones oficiales: es una burrada.
Señor secretario, debe tomar vacaciones para que recupere fuerzas y, de una vez, conozca cómo funcionan los aeropuertos. No es cuestión de alarmar, pero Puerto Rico es un centro importante de transbordo. Se acuerda cuando en la escuela le decían: “Puerto Rico es la llave de las Antillas”. No lo decía la maestra porque realmente se le entregara una llave a alguien, sino por la envidiable posición geográfica de Puerto Rico, la cual la hace apetecible para transportar y trasladar. Que no se le haya sacado el provecho, ese es otro tema. Precisamente, bajo el Gobierno de su antiguo jefe, Ricardo Rosselló, se firmó el nuevo acuerdo con Iberia, cuya cantidad de clientes a suelo europeo es sostenible. Esa misma clientela usa nuestra isla para trasladarse a cruceros, a las islas antillanas y a las Américas. Vamos a ver cómo le digo: que hoy usted está aquí y mañana puede estar en Rusia o China. Y como la vida es un pañuelo, es mejor minimizar el riesgo. Ya se avisó de un caso en Florida, cuya población boricua es inmensa. Haga caso al Centro de Control de Enfermedades, que incluso colocó el aeropuerto bajo vigilancia. Puerto Rico no es el mejor ejemplo de prevención e implantación de protocolos, pues siempre hay fallas notables al anteponer intereses personales y políticos. Como aquí se trata de la salud del pueblo, hay que tomar decisiones personales en el sentido de protección. Tal como hemos hecho para los sismos. Protegernos nosotros y educarnos. El pueblo tiene la oportunidad de educación en los artículos que publica la prensa. Hacia ese lado es que debemos movernos, pues no podemos dejar que el Gobierno haga todo y decida equivocadamente.
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La prensa tiene que exigir que sea llevada a observar todos los supuestos cuartos de aislamiento. Cada vez que se produce una crisis de salud, el protocolo internacional es inexistente aquí. No podemos tomar livianamente el asunto del coronavirus. El Departamento de Salud tiene el deber de divulgar con detalles cómo evitará la cadena de contagio y cuáles son las medidas que tomará en el caso de surgir alguna sospecha. ¿Qué sucede en las puertas de entrada legal en la isla? ¿Se están conteniendo? ¿Y qué sucede con la entrada ilegal de personas?
¿Cómo puede hablar de prevención el Departamento de Salud cuando no existe un sistema de comunicación efectivo a emergencias médicas estatales? Ello es fundamental en la implantación del protocolo para evitar la cadena de contagio. La mayoría de los países con casos confirmados han apostado al aislamiento para evitarlo. Es decir, con los métodos de barrera, como son las vacunas, y un periodo de educación, que incluye abstinencia de relaciones sexuales. Además, necesitamos saber cómo y cuál es el método a utilizar en Puerto Rico para diagnosticar el coronavirus. Toda persona que tiene dolor de garganta o síntomas de catarro no tiene coronavirus, y como es tan parecido a la influenza, entonces necesitamos conocer las diferencias. En momentos en que se tuvo que aceptar que los hospitales del país no han sido inspeccionados, o sea, que no pueden decir que están listos: ¿cómo es posible que se asegure que con unos supuestos 56 cuartos de aislamiento es suficiente?