La vida cambió en segundos. Cuidado que nos lo habían advertido. Desde que tengo uso de razón, mi casa en el valle de Lajas tiembla. Así que el 6 de enero se convirtió en una escena inusual. Por fortuna, pude traer a mi madre a mi residencia en la zona metropolitana.
Cuando suceden acontecimientos inesperados, como lo es un terremoto, es importante que los profesionales de la información estudien los antecedentes, la historia de la región y se documenten científicamente para poder comprender qué es lo que está pasando. Hemos recibido decenas de notas periodísticas, videos, audios carentes de antecedentes históricos y con contenido erróneo. Verificar los datos es fundamental en este tipo de tema antes de compartir la información en las redes sociales. El problema de ello es que si se comparte información falsa, se está contribuyendo a ser parte del llamado fake news.
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Otra situación que he notado en el afán de informar es la selección de las fuentes oficiales o testimoniales. Es más que notable que los funcionarios gubernamentales y municipales tienen desconocimiento total del manejo de la emergencia, y ello incluye a los que se supone que mantengan bajo control la situación urgente. El desconocimiento se debe a que ninguno había pasado por un evento como el que estamos viviendo y, además, ninguno tiene la especialización universitaria. Las únicas voces con credibilidad informativa y educativa son el geomorfólogo Dr. José Molinelli Freytes, la Red Sísmica de Puerto Rico y la geóloga Christa von Hillebrandt, exdirectora de la Red Sísmica. Me atrevo a asegurarlo de esa manera porque conozco el profesionalismo de los mencionados por más de 20 años. Para su conocimiento, los Gobiernos han querido desmantelar la Red Sísmica de Puerto Rico, ubicada en el Recinto Universitario de Mayagüez. Los que somos de la zona oeste del país conocemos muy bien que, en esa oficina, se cosechan prestigiosos científicos que, al no encontrar trabajo aquí, se ven forzados a buscar oportunidades en Estados Unidos y Europa. De hecho, la Red Sísmica de Puerto Rico está más preparada para enfrentar e investigar un evento que la red de Estados Unidos. De seguro que ahora el Gobierno la tomará en consideración.
A los periodistas que están cubriendo el evento (y esto será por mucho tiempo) busquen y analicen la historia de Puerto Rico sobre los acontecimientos telúricos. Si hacen referencia al terremoto devastador del 18, sería oportuno educar e ir a Mayagüez para documentar qué sucedió. Han publicado algunos documentos periodísticos, pero en este caso en particular son indispensables los testimoniales. Como profesional de la información, mantenga la cordura y no sea apasionado, pues ello hace cometer errores que propician histerias innecesarias. Nuestro pueblo necesita calma y seguridad, por lo cual si usted está histérico, propiciará la incertidumbre y la falta de confianza. Nadie sabe cómo va a reaccionar al estar presente en eventos catastróficos. Por ello hay que entender las reacciones desproporcionadas, pero la cordura y la educación son aliadas al momento de informar. Mantenga un tono de voz apropiado, pues gritar o sobremodular el tono crea un ambiente de excitación inapropiado.
He notado el afán de muchos periodistas de sacarse fotos con los afectados y publicarlas en sus páginas. La noticia es el terremoto y sus consecuencias, no ustedes. Si los residentes afectados las piden, se puede complacer, pero calma, porque estamos ocupando un tiempo que es oro. Mejor vamos a escucharlos e informar lo que necesitan. El análisis del evento es importante, por lo cual las críticas de lo que usted observe y se esté manejando inadecuadamente es parte sustancial de la noticia. Si lo hace, no es editorializar, pues como parte de los componentes de la noticia, el periodista puede emitir una opinión basada en datos reales constatados para que se remedie el problema.
A estas alturas no podemos empezar a pelear con otros periodistas o celebridades que pueden acceder a fuentes de información exclusivas que usted quisiera. Aquí cada cual debe hacer su trabajo, y ello va desde la mesa de información y su deber de coordinación de reportajes pertinentes hasta la responsabilidad del periodista de conformar un reportaje con todos los componentes que se requieren.
Hay tantos temas y subtemas que cubrir sobre este acontecimiento que me quedo perpleja de que se opte una y otra vez por los ingredientes de un caldero.