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Lea la opinión de la periodista Mariliana Torres

Karen se acerca lentamente a Puerto Rico con fuertes lluvias

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Alguien ha pensado en las cientos de familias que a dos años del huracán María viven con un toldo azul por techo. Quizá somos pocos los que pensamos en esas familias cuando llueve torrencialmente o cuando están bajo amenaza de otro ciclón. Esta semana constaté que al Gobierno poco le importa. En la conferencia de prensa de la administración de gobierno de la licenciada Wanda Vázquez por motivo del paso del sistema atmosférico Karen, un periodista le pidió a la mandataria una reacción ante la solicitud (con antelación) de toldos azules para decenas de familias de Loíza que realizó la alcaldesa Julia Nazario. A todos los periodistas se les pasó retomar la pregunta y exigir una contestación de la gobernadora, pues ella le pasó la pregunta al comisionado de la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias, Carlos Acevedo, quien con mucha candidez contestó que esa petición sería atendida luego de la emergencia, pues existe un protocolo federal para solicitar los toldos.

¿Qué cómo usted dice? Es decir, que se fastidien las familias y que lo poco que les quede, que se les acabe de dañar. Con relación al componente familiar que llegue a los refugios, de eso se encargan los alcaldes. El rostro de la gobernadora, cuya expertise en estas lides es poca y no la culpo, pues llegó al puesto por accidente, acentuaba la contestación. ¿Se dio cuenta alguien de la respuesta sin humanidad que ofreció el que atiende las emergencias en este país? Hay que recordarle a Acevedo que su obligación es salvar vidas, atendiendo con prioridad las emergencias.

Los Gobiernos de Puerto Rico, a lo largo de su historia, se han caracterizado por la improvisación y la falta de planificación. Las administraciones esperan que suceda la desgracia para actuar y no enfatizan en la prevención. Fíjese que, gracias a los alcaldes es que se atienden con prioridad las emergencias y se anticipan desgracias. Nazario lo que desea es que las familias tengan un techo seguro. ¡Qué difícil es gobernar fuera de líneas partidistas e intereses personales! Durante el paso del huracán María, conocí de primera mano la necesidad y la pobreza inmisericorde al visitar decenas de familias en Loíza para un reportaje.

De por sí, Loíza es uno de los municipios con mayor pobreza en Puerto Rico. Gracias a la diligencia del artista puertorriqueño Ricky Martín se han construido casas precisamente para varias familias que lo perdieron todo y se siguen construyendo. Pero no podemos esperar que la fundación de Martin se encargue de todo y que la responsabilidad gubernamental pase de largo. Tanto que se gasta innecesariamente en contratos de asesores que no hacen su trabajo. Alguno de ellos puede retomar la conversación y decirles que pasen las lluvias sin techo para ver si lo hacen. De seguro que no lo harán.

Durante el huracán María, también estuve en Guayanilla realizando un reportaje, y aún no me recupero del impacto emocional que me causó ver abandonado un hombre de entre 80 a 90 años en lo que fue su hogar. Su rostro gritaba hambre, desolación, abandono mientras trataba de cobijarse en un pequeño techo que le quedó de lo que fue su balcón. Solo el alcalde y nuestro grupo de trabajo pudimos llegar al sector cafetalero y darle las primeras ayudas.

No pretendo que el Gobierno sea mago y, en medio de la emergencia, esté en todos los lugares, porque es imposible. Pero prioridades son prioridades, y la prevención es una parte indispensable de un Gobierno responsable. Considero también que la actual administración está tratando de ofrecer estabilidad social ante la infamia del verano de 2019, pues una parte sustancial es el pueblo pobre oprimido desde su nacimiento. Escuchar las respuestas y analizarlas es una herramienta muy útil que los periodistas deben retomar. Escuchemos, por favor, y exijamos respuestas.

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