Hace escasamente unas semanas, nuestra isla ardía en una crisis gubernamental provocada por un gobernador que, a todas luces, había perdido el norte y llevaba a nuestro pueblo a la deriva. Durante las semanas previas y posteriores a la renuncia de Rosselló, la crisis generó un alto nivel de incertidumbre ocasionando una parálisis colectiva, tanto en el sector gubernamental como en el privado, con las consecuencias que ello acarrea.
En un abrir y cerrar de ojos entró en escena y asumió la gobernación una persona a quien nadie había proyectado al mando de la isla y, en menos tiempo aún, se hizo cargo brindando un sentido se tranquilidad y sensatez que pocos pensaban lograble por la vorágine generada por la crisis.
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La gobernadora Wanda Vázquez tomó las riendas hace escasamente 3 semanas y en ese espacio de tiempo se ha dado a la tarea de genuinamente hacer lo que entiende correcto para el País; no para los rojos o azules, no para los estadistas o estadolibristas, sino para todos los puertorriqueños. Esto, postulo aquí, es lo que le ha ganado el respeto de la mayoría de los puertorriqueños y, como producto de ese respeto, se le ha concedido el espacio para que ejecute la agenda tal cual entienda debe ejecutarse.
A su vez, la gobernadora Vázquez Garced se ha mostrado capaz de escuchar y dialogar hasta con aquellos con quienes pueda tener discrepancias de las más serias. En pocos días, ha establecido canales de comunicación con la gran mayoría de los sectores del país promoviendo la discusión de los temas que preocupan a estos, de forma que se reduzcan las controversias y se logren más soluciones.
Ahora, luego de la fase inicial de su mandato, la gobernadora pasa a la implementación de los planes de recuperación y reconstrucción de Puerto Rico. En esa gestión, entiendo que su temple firme y decidido, unido a la sabiduría de los años que le permiten delegar y supervisar sin miedo a perder el control, habrán de ser claves. El pueblo agradece a todos aquellos que se ponen en disposición de servir desde el servicio público, valora el esmero de estos y enaltece a aquellos que con su servicio ponen primero a la patria, engrandeciéndola con su gestión.
