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Partidos: Especie en peligro de extinción

Lea la columna de opinión del periodista Alex Delgado

PPD

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La noticia de esta semana, en el sentido de que mi hijo menor de edad tiene más dinero ahorrado en su cuenta de banco que lo que tiene el Partido Popular Democrático (PPD) en sus arcas, envía un mensaje preocupante para esa colectividad, para los partidos políticos, en general, y para el pueblo, alarmante.

El desencanto de la ciudadanía con los partidos políticos se está dando de forma más acelerada que el derretimiento de los glaciares y la erosión de nuestras costas. El pueblo no quiere saber de ellos y eso uno lo percibe en la calle. No son creíbles, están leídos y, cada vez, se les hace más difícil coger de … al pueblo. Eso pasa ahora mismo con el Partido Nuevo Progresista (PNP), el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y todo lo que nazca con tufito a partido político. Sencillamente, el pueblo se hartó de sus promesas repetitivas y de que estas sean desechadas los dos de enero para comenzar a operar en el poder, tal y como lo hizo el partido anterior; cuidado si peor.

En el caso del PPD, trascendió el martes que atraviesa una verdadera crisis económica. La cuenta de banco de la colectividad tiene cerca $800.00 que no dan ni para la chaqueta del traje. La situación es tan caótica que no tienen ni para pagar el agua, por lo que le cortaron el servicio.

¿Cómo una colectividad que fue la más fuerte en el pasado, ha llegado a este punto? ¿Dónde están sus donantes? Sí, esos mismos que gracias a sus conexiones o lazos  con ese partido hicieron billetes con co…jines. Debe haber dos o tres que aún se enrollan las mangas, pero supongo que son los menos. Puede haber dos o tres para recoger, pero la pregunta es: ¿hay gente para dar?

Al PNP, estando en el poder y teniendo agarrado por el mango el sartén de los contratos gubernamentales, podría hacérsele menos complicado, pero aún así, debemos suponer que no recauda como antes. Ahí tenían a un Ricardo Llerandi presionando a jefes de agencia para que les sacaran dinero del bolsillo a contratistas para la campaña de Ricardo Rosselló. Es como se puede recaudar hoy grandes cantidades: utilizando como carnada los contratos en el Gobierno. Si no, probablemente, estarían como el PPD.

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En el caso del PIP y otras colectividades pasadas, es evidente que no tienen poder de recaudación porque sus discursos, filosofías, ideologías y posibilidades de ganar no inspiran… Van por un camino contrario a lo que considero que desea el pueblo, que es mantener y solidificar una relación con Estados Unidos, aun teniendo un presidente racista. Y no me venga con el papel de víctima de que “los americanos son racistas” porque, para eso, debemos evaluar antes cómo tratamos a los dominicanos, haitianos y otros. Sí, hay americanos que no quieren ni a sus mismos conciudadanos por el color de su piel, pero si usted generaliza allá, pues no puede molestarle si alguien establece que parte de la idiosincrasia boricua es ser racista, como ellos, por nuestro trato a otros hermanos.

Creo que los partidos, como los conocemos hoy, están destinados a desaparecer. El dinero no está llegando a las colectividades porque no tienen credibilidad. El que da un pesito lo hace con la duda de si se lo van a tumbar. La preocupación para el pueblo es que los partidos son organismos que dependen del dinero para ganar, y si “los verdes” no llegan por las buenas, los buscarán por las malas: empeñando los clavos de la cruz en contratos a cambio de dinero para el partido y la campaña. Ese perro nos ha mordido… y con rabia.

Finalmente, la estrategia de Aníbal José Torres, aunque sirve para burlas, mata dos pájaros de un tiro y de forma efectiva: 1. activa a las huestes para que donen con el convencimiento de que el dinero se utilizará, bajo su presidencia, de forma apropiada; 2. resuelve parcialmente y a corto plazo la falta de efectivo, al menos para pagar las utilidades; 3. envía un mensaje de que, aunque puede activar los grandes intereses populares a cambio de algo, todavía queda algo de vergüenza para recoger dinero.

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