Las manifestaciones del pueblo en contra de la administración de Ricardo Rosselló fueron una expresión contundente de constituyentes indignados. Lo acontecido despertó las transmisiones en directo ininterrumpidas en los canales de televisión y que, por tanto tiempo, habían estado dormidas, quizá por falta de auspicio o pertinencia periodística. Para un periodista de radio o televisión no existe nada más estimulante en su carrera que transmitir informes en directo de acontecimientos históricos.
Para que la información la pueda entender la audiencia con todos los elementos de juicio que le permitan emitir opiniones, es necesaria la preparación adecuada sobre los temas a cubrir. Las lagunas mentales en una transmisión afectan la credibilidad periodística. El desconocimiento de los procesos legales y constitucionales lo nota rápidamente la audiencia y, por ende, desmerece el informe periodístico.
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En esta desconcertante culminación del mandato rossellista, las redes sociales coparon las transmisiones en directo con contenido acertado, y ello se reflejaba en la aceptación de la audiencia y los comentarios redactados acompañados con los “me gusta”. Es decir, la audiencia se movió más a redes en lugar de la transmisión tradicional. Hubo periodistas muy acertados en la transmisión en multimedios, y ello es notable. Ejemplo de ello son los periodistas de prensa escrita que han incursionado en las transmisiones en directo. Destaco que ese formato llegó para quedarse, pues si no compite directamente, el contenido en las redes sociales no llega a todas las audiencias del medio de comunicación.
He aquí algunas herramientas para que los periodistas que estarán transmitiendo las incidencias en directo puedan ser mas eficientes. Una fuente seria, confiable, madura y cultivada con responsabilidad genera contenido importante. Tomando en cuenta que las noticias nunca se guardan, se procede a verificar y contrastar datos para, responsablemente, entregarla al público. Solo con ese discernimiento el periodista puede iniciar la transmisión en directo. No se puede iniciar una transmisión sin datos precisos y corroborados, pues el periodista se notaría inseguro. Evite leer, pues pierde contacto con la audiencia. Se ha comprobado que la audiencia que reconoce la credibilidad de determinado periodista busca y consume todo su contenido multimedia durante el día.
Teniendo presente que se puede transmitir cuando se desea y no hay limitaciones de tiempo ni espacio, busque entablar una conversación genuina con su audiencia (esa es la estrategia de mercadeo de Instagram) leyendo sus comentarios y contestando sus preguntas eficientemente. Como transmitir con ruido, música y algarabía no es fácil, se debe adiestrar el oído y eso se aprende con la práctica. No es necesario gritar, pues se tiene un micrófono. Para evitar gritos hay que aprender a modular la voz y darle el tono preciso para evitar alarmar a la audiencia. Tampoco es necesario engolar la voz o ponerla mas gruesa, pues no está grabando un anuncio. Recuerde, ante todo, la dicción, que mejora si usted lee en voz alta o toma un curso. La histeria y el desenfoque de argumentos provocan ansiedad en la audiencia. Recuerde describir con elegancia y utilice las palabras correctas. Describa con respeto y responsabilidad lo que usted está observando y viviendo en primera fila. Es importante transmitir los ruidos o sonidos que son necesarios para ambientar la ocasión otorgándole sabor y color al acontecimiento. La rapidez de las redes sociales ha ocasionado que muchos periodistas pierdan ese momento y no cuenten lo que ven.
Considero que la aceptación que ha tenido el periodista estadounidense David Begnaud en la audiencia ha sido, precisamente, porque transmite con claridad y precisión lo que ve. Además, conversa con el pueblo y lo escucha. Su elocuencia se desarrolla a partir del conocimiento y al preocuparse por entender los problemas de nuestro sistema de gobierno. Esa herramienta de auscultar la opinión pública es precisamente lo que buscan las redes sociales para medir el impacto de las decisiones políticas. Transmitamos responsablemente.