No, no me estoy uniendo al reclamo de que el gobernador Ricardo Rosselló renuncie por una sencilla razón: no acostumbro entrar a solicitar renuncias. Ni a Ricardo Rosselló, ni a Aníbal Acevedo Vilá cuando lo acusaron, ni a Carmen Yulín Cruz por casos de corrupción en San Juan, ni a Maduro por la dictadura en Venezuela. Sencillamente no es mi trabajo. Ahora, sí analizo las circunstancias y puedo anticipar que “el fin pronto vendrá” y que el gobernador Ricardo Rosselló se verá forzado a abandonar su puesto. Aclaro que nada en política está escrito y pudiera equivocarme. Es el gobernador quien tendrá la última palabra.
La mezcla de los arrestos por corrupción de figuras que lo rodearon de alguna forma y, más aún, las revelaciones del chat de Telegram colmaron la copa. El gobernador Rosselló permitió, promovió y/o participó de burlas a los difuntos en el Negociado de Ciencias Forenses, en su mayoría personas que perdieron la vida tras el huracán María, personas por su obesidad y la pobreza en nuestros campos. No solo eso. Se habló de perseguir a quienes fiscalizaban a su gobierno, como la alcaldesa Cruz, el senador Juan Dalmau y otros, e incluso de castigar a medios de comunicación, prohibiendo que los jefes de agencia concedieran entrevistas y/o asfixiándolos económicamente si osaban criticarlos. En fin, un comportamiento mafioso.
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Es despreciable, repugnante y, para muchos, hasta imperdonable. El gobernador, quien llamo “puta” a la exconcejal de Nueva York, Melissa Mark Viverito, ofreció una conferencia de prensa el jueves pasado. Por lo menos yo no percibí arrepentimiento genuino. ¿Por qué? Su solicitud de perdón lució forzada. Si se percatan, inició con una solicitud de perdón por las expresiones en el chat. Habló cerca de dos minutos sobre las disculpas por el chat y casi cinco sobre los arrestos. Ante preguntas de la prensa dijo que no se había comunicado con Viverito para solicitarle perdón, pero que sí se lo había pedido a Thomas Rivera Schatz y Carlos “Johnny” Mendez. ¿En serio? Ahí pareció reconocer que su mayor preocupación eran los líderes legislativos. Debió haber ido a la conferencia con, al menos, una expresión de que intentó comunicarse con ella por teléfono. Por eso su disculpa no luce genuina, al menos con la exconcejal, con la mujer.
Esto fue advertido. Durante la campaña primarista del 2016, el entonces comisionado residente, Pedro Pierluisi, destacaba que Rosselló carecía de la experiencia y la madurez para gobernar a Puerto Rico. El equipo de campaña de Rosselló, en el cual se encontraba parte de los miembros del chat, delineó la estrategia de “volarle la cabeza” al nombre de “Ricky”, y comenzaron a llamarle “el doctor Ricardo”.
La respuesta de Rosselló fue que para gobernar no hacía falta experiencia, más bien capacidad y madurez, a lo que Pierluisi ripostó que la madurez la brinda la experiencia.
¿Qué muestra el chat sobre sus integrantes? Arrogancia, prepotencia, soberbia. No es que hablen con palabras soeces, porque ese es el lenguaje, probablemente, de la mayoría de los puertorriqueños. Es la forma en que se emplean las palabras y el propósito.
Es muy difícil mantenerse en el poder cuando se luce como una persona hipócrita. Todo lo que salga de su boca de hoy en adelante puede ser difícil de creer para el pueblo, para sus seguidores, ya que, según sus palabras “cogemos de pendejo hasta a los nuestros”. Mientras su esposa trabajaba una campana anti-bullying, el gobernador ordenaba “bulleo”; mientras se sacaba fotos con los pobres, se burlaba de la pobreza de sus “amigos del campo”; mientras, cogen de pendejo hasta los suyos (utilizando la misma jerga). ¿Cómo saber los suyos y el pueblo en general que lo de la iglesia y el perdón a la persona obesa de la que se burló no es otra cogía de …?
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Creo que el gobernador aún no internaliza el complicado cuadro en el que se ha ubicado él mismo y que la molestia no es solo de los revoltosos. Esos son los que más ruido hacen al vandalizar y destruir con violencia, pero aparte de eso, la inmensa mayoría del pueblo entiende debe irse. En todos los lugares que he asistido desde el pasado sábado el mensaje es el mismo: el gobernador debe renunciar.
Parece que ese sentir ya comenzó a ser comprendido por los legisladores. Ayer la Cámara de Representantes anunció que se encuentra en la búsqueda de tres juristas para investigar y auscultar la posibilidad de iniciar un proceso de residenciamiento. El gobernador solicitó un espacio el fin de semana. Sin embargo, dijo el lunes y el martes en la mañana que no se va. El mensaje de “Johnny” Méndez es “Gallo, te estamos dando el break y no nos estás dejando muchas opciones”. Temen pueda ocurrir una repetición de las elecciones del 2008, en las que Aníbal Acevedo Vilá se llevó jalda abajo al Partido Popular Democrático, electoralmente hablando.
Políticos, asociaciones profesionales, líderes de la empresa privada, artistas, deportistas, ex Miss Universe, ¡hasta los exalumnos de su colegio! han pedido la renuncia del gobernador. A juzgar por los eventos, y que las estrategias de “damage control”, como las visitas a la iglesia y al joven burlado, lo que han hecho es, hasta ahora, aumentar la indignación y el coraje, las opciones de quedarse se reducen.
Creo que es hora de que el gobernador ponga oído en tierra y escuche primero al pueblo y, en segunda instancia, a los líderes de su propio partido, porque sería un caos gobernar el próximo año siendo carnada de sus propios correligionarios aspirantes a puestos electivos. Estos buscarán distanciarse del gobernador de la forma más dura para ganar adeptos, lo que puede provocar tranques y, a su vez, un retraso en la ya retrasada recuperación de la isla. Es hora de pensar en eso.
Para muchos es contradictorio que Rosselló condene a Nicolás Maduro por aferrarse al poder con el pueblo en contra, mientras él se comporta de igual forma.