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Nos quieren seguir cogiendo

Lea la opinión del abogado Leo Aldridge

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Ricky Rosselló confesó en el chat que “cogemos de pendejos hasta los nuestros”.

Y continúa tratando de hacerlo. De hecho, arreció y redobló los esfuerzos para la masiva cogida de pendejos que orquestan, esta vez no solo de los suyos, sino edición mundial.

Estamos viendo en vivo y a todo color el tipo de estrategias mediáticas que se planificaban en el chat. Estamos viendo el libreto en acción. Van a las millas.

El libreto comienza con el supuesto perdón, la explicación de que difama y persigue para aliviar el estrés, acompañado de gestos de contrición y promesas de enmiendas. Luego viene el periodo de introspección y reflexión. Continúa con la cuidadosamente seleccionada aparición en una iglesia de Carolina el domingo pasado. Entonces, llegaron las disculpas escritas de la primera dama resaltando que ella siempre lo veía trabajando (Bea, no estaba trabajando, estaba chateando, conspirando y persiguiendo). El lunes intentaron llevar al muchacho a entrevistarse con uno de los suyos para presentarlo en sociedad nuevamente.   

Ayer martes, tratando de lucir como hombre de Estado y en control, participó en la conferencia de prensa donde estuvo largo rato condenando ciertos delitos que él identificó en la masiva protesta del lunes. Decidió exonerarse él mismo, sin embargo, de posibles delitos de conspiración, persecución, uso indebido de fondos públicos y divulgación de información privilegiada. Ricky ve delitos en los demás, pero en él no, porque unos abogados —que no identificó— le dijeron que no había nada ilegal allí. (Por el bien de sus reputaciones profesionales, esos abogados tienen que agradecerle a Ricky que no haya mencionado sus nombres).

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Puerto Rico tiene dos avenidas principales de acción: las protestas pacíficas y multitudinarias en la calle, que deben tener su cenit hoy por la convocatoria de Bad Bunny y Residente, y la Asamblea Legislativa.

Contrario a lo que Ricky cree en su imaginación, la Cámara de Representantes sí se apresta a iniciar un proceso de residenciamiento por primera vez en la historia de Puerto Rico. El primer paso —que debe iniciarse en alrededor de dos semanas— es formar un comité que estudiaría los posibles cargos de un pliego acusatorio. El inicio del proceso de residenciamiento podría acelerarse, sin embargo, si la investigación que conducen las autoridades federales en el Distrito Sur de Nueva York a Elías Sánchez desemboca en un arresto.

Los legisladores del Partido Nuevo Progresista son políticos y, como tal, quieren ser reelectos. Saben que no pueden lograrlo con Ricky, que es políticamente tóxico y radiactivo. La única forma de lograr el favor electoral en 2020 —y, seamos claros, esa es una de las motivaciones principales — es presentándose al país como alguien que trabajó para sacar al muchacho de la Fortaleza.

Ayer en la conferencia de prensa, Ricky habló casi tantas sandeces como en el chat, pero el mensaje que intentó transmitir es clarito: esto es “business as usual” y el país debe pasar la página. Ricky confía en que —al igual que en sus días de niño de alta alcurnia en Marista— se va a salir con la suya. Ricky confía en la fatiga, la desolación y la desilusión colectiva de Puerto Rico.

Ricky está subestimando al pueblo a su propio riesgo. El pueblo no puede subestimar a Ricky, porque, si lo hace, se va a salir con la suya una vez más.

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