Estábamos empeñados en visitar Besalú desde que regresamos, luego de muchos años, a España. Su historia medieval, arquitectura y su esencia de pueblo pequeño nos tenía enamorados desde antes de llegar, así que una vez en Barcelona, decidimos dedicarle aunque sea un día completo a Besalú. ¿Y por qué Besalú? Siempre nos ha llamado la atención los lugares menos comunes y concurridos, y sabíamos que podíamos darle un giro diferente a nuestra visita a Barcelona, luego de volver a visitar los lugares más reconocidos, claro.
¿Cómo llegar a Besalú?
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Luego de explorar varias alternativas – como la de alquilar un carro- decidimos ir a Besalú en tren. Por internet a través de la línea de trenes de España (Renfe) seleccionamos la primera hora y compramos nuestro boleto en el tren de alta velocidad llamado Ave. La ruta era de Barcelona (estación Barcelona – Sants) a Girona, ya que Besalú es parte de Girona a un costo aproximado de $15 por ida y vuelta. En solo 40 minutos llegamos y luego cogimos un bus (que se paga en la misma estación del Ave cuando llegas a Girona) por $5 (ida y vuelta) con destino a Besalú. Queda a solo 45 minutos.
Todo nos había salido como planificamos, y ya a las 9:30 a.m. Besalú nos dio la bienvenida con el típico aire de una mañana fría. Para nuestra sorpresa, aún no habían abierto los restaurantes, cafés ni tienditas. Apenas se despertaban en este tranquilo pueblo. Esto nos encantó ya que nos encontramos a un Besalú vacío, sin turistas y con la esencia de una mañana normal en esta parte de España.
Actualmente se estima que viven solo 2,500 personas. Para la Edad Media que es cuando se tienen récords de su mención, había solo 1,000 habitantes entre judíos, católicos y musulmanes.
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Uno de los atractivos principales es el puente fortificado sobre el río. Realmente es una portal hermosa que puedes apreciar desde diferentes ángulos. Fue construido en el siglo 12 sobre el río Fluviá. También está la Iglesia de Sant Vincenc construida entre el siglo 12 y 13 obviamente en plena Edad Media. Cuando fuimos lamentablemente estaba cerrada. También está lo que fue un pueblo judía y todo lo que hacían de agrocultura así como varios miradores hacia la ciudad de piedra.
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Hay pequeños bares y restaurantes para refrescarte de esa caminata. En el pueblo tienes diferentes viewpoints al puente y la ciudad. Recorre todas sus callecitas, te enamorará. Hay un centro de información al otro lado del puente en donde te brindan un mapa entre otras cosas gratis.
Luego de recorrer varios rincones de este bello pueblo, de comer y de hablar con algunos locales, nos fuimos al mediodía ya que habíamos planificado recorrer el centro de Girona antes de regresar a Barcelona. Pero de haber sabido y tenido más tiempo nos hubiésemos quedado una noche en este pueblito encantador. Amanecer aquí debe ser una locura.
Tips:
- Este pueblo tiene cada vez más auge, por lo tanto, son más los turistas que la visitan al año. Procura llegar temprano y siente la esencia de este lugar.
- El bus hasta la estación de Girona, funciona perfecto y a tiempo.
- Comparte con los locales.
- Se puede recorrer en un día pero también puedes optar por hospedarte una noche.
- Hay un banco por si tienes que sacar dinero.
Puedes ver más de las aventuras de esta pareja viajera, así como consejos de viajes en: www.latitudperfecta.com