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Lea la opinión de la periodista Mariliana Torres

Mariliana Torres metro

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Un grupo de jóvenes estudiantes que son hábiles en comunicar su mensaje, pero necesitan herramientas y apoyo, me convidó a formar parte de su distinguido grupo de influencers. Una gran oportunidad que surgió desde esta plataforma de comunicación de Metro Puerto Rico. Así, en un teatro muy moderno, iluminado, bien millennial, y con un grupo de mentes que van a mil millones de segundos, elaboramos una convención de conocimiento influencer.

La mayoría de ellos están claros que en el emprendimiento es su futuro para construir hogares saludables, trabajos con dividendos y educación sobresaliente. Es decir, se quieren comer el mundo. Yo aprendí de ellos y, al mismo tiempo, con oído abierto, escucharon los consejos de los expertos. Durante el conversatorio, hablamos sobre las herramientas esenciales para hacer su entrega más efectiva. Estos influencers desayunan, almuerzan y cenan Instagram. Entonces, ¿cómo podemos llegar a ellos si somos de generaciones distintas, tenemos gustos y aspectos de la comunicación muy diferentes? No es difícil si contamos con que todos tienen una idea central: comunicar su mensaje de una manera efectiva.

En mi caso, mis ideas rondaban por el planeta periodismo. Me pregunté: “¿Leerán periódicos o recurren a los enlaces cortos que apoyan videos atractivos?” Se cae de la mata la contestación. Aún así no podemos, bajo ningún concepto, llamarlos enajenados. Percibí un ambiente de retos y oportunidades donde el astuto, hábil, creativo, emprendedor, con ingenio y gusto refinado, puede tener el momento de su vida. Reconocen nuestro expertise y de eso no cabe duda. Son muy respetuosos y amigables.  Preguntaron cómo pueden hacer sus stories apetecibles en términos monetarios. Han sido muchos los estudiantes que han pasado por mi salón, así que estoy acostumbrada a la diversidad y metas fijas. Me parece que nadie quiere tener patrón. Y con los vientos de esta semana que nos dejaron sin aliento: cierre de noticiarios de televisoras trascendentales en la historia de la televisión. Por eso recalqué que el trabajo comunicativo parte de la base del respeto. Estos jóvenes influencers son empresarios que quieren también ayudar al país.

No faltó la pregunta sobre si el periodismo tradicional desaparecerá. Que quede claro que no desaparecerá; solo se transformará para sobrevivir este tiempo difícil que nos ha tocado vivir. Estas herramientas extraordinarias que ofrecen las redes sociales y plataformas, como Instagram, transforman el periodismo a lugares insospechados. Solo aprendamos a utilizarlas correctamente. No hay nada más excitante en periodismo que transmitir en tiempo real, que es precisamente lo que promueve Instagram. La adrenalina que se produce le acelera el corazón a cualquiera. Además, se asume un alto grado de responsabilidad, que incluso, puede tocar la puerta de los que influyen en educación y responsabilidad social. Si publican o le dan repost sin revisar, tendremos información cruda que no es para consumo social.  Quisiera que, al darle repost, entendieran que debe haber un por qué para manejar correctamente los temas. Que el fin de todo comunicador es informar, educar, aunque tenga ribetes de entretenimiento, y provocar la opinión pública educada. Utilizar correctamente los hashtags o etiquetas en la información parecería un asunto fácil, pero no lo es. Los hashtags dirigen la información al destino del gusto de la audiencia leal. Después de todo, esa es la meta del productor de medios de comunicación: contenidos que sostengan audiencias leales y generen dinero.

Cabe señalar que si algo debemos aprender de esta nueva generación de comunicadores en plataformas versátiles es que el objetivo de cada publicación es distinto del que nuestros familiares y amigos publican con el solo fin de que veamos cuánto creció el chiquito de la familia o para anunciar un fiestón navideño del corillo de la escuela. El que logra influenciar se convierte con el tiempo en un emprendedor de contenido necesario que las marcas buscan.

Puedo asegurar que el periodismo que se haga mediante las historias de Instagram, nunca alcanzará los niveles de calidad informativa que el periodismo tradicional. La investigación permite profundizar lo que no todo medio permite.

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