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Vuelo primera clase: Etihad First Apartment

No importa si es un vuelo first class, business class o en economy lo que importa es que utilices tus puntos o millas para lograr esos sueños y esas aventuras que el dinero tal vez no te lo permita

Cuando la aerolínea Etihad lanzó su producto First Apartment, o sea su cabina de primera clase en el 2016, de inmediato sabíamos que era algo que queríamos experimentar aunque fuese una sola vez en la vida. Es un vuelo de 14 horas en el avión más grande que transporta viajeros actualmente, un Airbus A380 a 40,000 pies de altura.

Así que pusimos manos a la obra con la estrategia de puntos y millas ya que de la forma tradicional comprando el pasaje, la jugada nos salía en $18,000 por los dos, o sea $9,000 one-way.  Esto no lo íbamos a hacer nunca, jamás en la vida, jaja.

El costo no es para menos. Esto es puro lujo, diseño y comodidad. Tienes literalmente un apartamento para ti, lo que es equivalente a 6 asientos en la cabina economy. Realmente es una locura.

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¿Cómo lo logramos?

Transferimos de nuestra tarjeta de crédito (en esta ocasión fue la Amex Platinum) 254,000 puntos a la aerolínea Etihad que es un travel transfer partner de la tarjeta. Nos tardamos alrededor de 1 año y un mes en obtener los puntos. Aprovechamos muchas ofertas que nos ayudaron a triplicar nuestros puntos, de lo contrario, nos hubiese tomado un poco más. En este vuelo lo único que tuvimos que pagar fueron los impuestos: $177 por persona.

La aventura de estar en primera clase comienza una vez llegas al aeropuerto . En nuestro caso fue en Abu Dhabi y desde aquí el trato es de primera pues no entras al aeropuerto por las puertas que estamos acostumbrados a entrar ya que tienen una área exclusiva para pasajeros en esta cabina.

Nosotros nos quedamos en shock. No pudimos tomar fotos por seguridad pero es un servicio bien personalizado hasta te o café te ofrecen. Luego tienes una fila exclusiva para pasar por seguridad. Salimos de este proceso y rápidamente de frente está el lounge para primera clase.

Es lujoso, amplio y con servicios que jamás imaginarías. Pensarán al leer esto que estoy exagerando pero no. Tiene dos barras, 4 salones, gimnasio, duchas, spa, área de niños con una persona que se encarga de cuidarlos, áreas de estar relax, otra de trabajo. En fin gigante.

Nosotros buscamos una esquina aparte para comer y tomar algo como de costumbre en otros lounges pero aquí fue todo muy diferente. Uno no hace más que llegar y viene un mesero y te da el menú. Así que pedimos y literalmente nos montó una mesa aparte para que comamos tipo restaurante. Una vez terminamos de comer, que por cierto la comida estaba deliciosa, nos indica que si habíamos ido al SPA que tenemos 15 minutos gratis. Saben que fuimos corriendo para anotarnos.

De ahí brinqué a bañarme -un must-  y caminamos al gate. El proceso de abordaje es priceless pues al fin entras primero que todo el mundo. Al avión  ser de dos pisos entras por una plataforma totalmente diferente para las cabina first y business class que quedan en el segundo piso.

Desde que entras y te llevan a tu “apartamento” sabes que no tan solo será un gran vuelo si no una de las experiencias que recordarás por toda la vida. El crew es súper atento. Se presentan todos, desde el gerente abordo y el chef para consentir esos gustos que jamás pensaste que se podían lograr en un avión.

El apartamento tiene un clóset, muchos compartimientos, un espejo, una mini nevera, un sofá gigantesco que se reclina y una cama, sí, una cama. Lo cual para nuestra sorpresa, bastante cómoda que es. Es el crew, o sea los asistentes de vuelo o azafatas quienes la preparan cuando tú les digas.

Tuvimos la suerte de poder encontrar los apartamentos (cabinas) que ambas ventanas estuvieran pegadas lo que hace un efecto si andas con tu pareja como si estuvieran durmiendo juntos. Nuestros apartamentos fueron el 3A y 4A.

El crew te provee un amanety kit súper lindo con perfume, pasta, cepillo de dientes, crema, entre otras cosas para que llegues listo a tu próximo destino, sin hablar que este es uno de los dos aviones en el mundo que tienen ducha pero de eso hablamos luego.

También te brindan una pijamas que es tuya. Hasta el día de hoy ha sido la ropa de dormir que más cómoda me he puesto en la vida.

Nos cambiamos y rápido el crew te pregunta si quieres algo de beber antes de despegar. Lo que uno quiera, así que ya saben lo que hicimos. Puedes ver el viaje completo en nuestros highlight en Instagram. Ya en el aire comenzamos a poner nuestra creatividad a correr con el chef: salmón, tuna, caviar, postres, en fin todo lo que le pedimos el chef respondió sin problemas.

El chef pasaba para asegurarse que todo estuviese bien y si queríamos algo adicional. El servicio es súper personalizado y el crew demasiado atento y amigable al menos el que nos tocó. Escribir todo lo que vivimos no es suficiente ni le hace justicia, por eso grabamos un video que está en nuestro canal de Youtube con toda la experiencia para que ya sepas por si algún día decides hacerlo cómo te irá a ti.

Demás está decir que no pudimos dormir pues la energía, la adrenalina y la distracción es tanta que uno quiere disfrutar cada minuto. Lo de dormir lo dejaremos para otra ocasión.

Vimos películas en un televisor de 27 pulgadas de grande, hablamos con otros pasajeros y otros flight attendants en el lounge, porque sí, leíste bien. Este avión tiene un lounge para que aquellos que viajan en primera clase y business class puedan ir a tomarse algo, leer o hablar. Todo menos dormir.

Demás está decir que el tiempo se va a las millas. No es justo pero siempre sucede cuando uno la está pasando bien. Así que llegó la hora más esperada por mí, cumplir un sueño de bañarme en un avión a 40,000 pies de altura. Los que me conocen y han visto por las redes saben que siempre me estoy bañando en los lounges de los aeropuertos y hacerlo en un avión no era para menos, luego de estar 12 horas volando.

La ducha es sencilla y pequeña pero realmente lo único que tú quieres es bañarte, no un spa. Tú controlas el agua, lo cual tiene una duración de 5 minutos que es más que suficiente para darse un buen baño, recuperar energías y combatir el jetlag con el cambio de hora.

Luego lo que restaba era disfrutar lo que nos quedaba de vuelo, desayunar y recoger nuestras cosas. Les mentiría al decirle que no nos gustó la experiencia y que sí la queremos repetir nuevamente pero ya será con otra aerolínea.

Tuvimos suerte que todo salió de maravilla: el vuelo muy bueno, el crew demasiado amable y atento así como la comida. En fin, todo mejor no nos podía salir. Ha sido el mejor vuelo de nuestras vidas.

No importa si es un vuelo first class, business class o en economy lo que importa es que utilices tus puntos o millas para lograr esos sueños y esas aventuras que el dinero tal vez no te lo permita. Se trata de vivir ahora y no mañana.

¿Qué te pareció la cabina? ¿Lo harías?

Puedes leer más de la aventura de esta pareja viajera en: www.latitudperfecta.com

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