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Crisis de Plástico

Lee la columna de Alejandro Figueroa

Alejandro Figueroa.

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No hay duda de que las bolsas plásticas que se proporcionan a los clientes en todo tipo de establecimiento comercial para llevar los artículos que adquirimos en nuestro diario vivir son un desperdicio extravagante. En el sentido más básico, contienen suficiente producto plástico como para que se requiera un par de usos antes de ser destinadas al zafacón y luego a uno de nuestros vertederos. Pero la realidad es que estas bolsas representan solo una gota en el desastre ambiental del tamaño de un océano de artículos de plástico, que utilizamos una sola vez, que se acumulan en vertederos y contaminan los mares.

Sin embargo, estas bolsas son el único foco de las piezas legislativas discutidas recientemente. Prohibir las bolsas de plástico y los sorbetos para bebidas era la manera correcta en el momento de centrar la atención del público en el problema de los productos y envases de plástico de un solo uso. Pero ahora que la gente sabe que las ballenas se están asfixiando con las bolsas de plástico y otros productos plásticos, y que cada pieza de plástico que se haya fabricado todavía existe de alguna forma, nuestros legisladores pueden y deben enfocar su atención en proyectos que tengan un mayor impacto inmediato para contribuir a la solución de esta grave crisis ambiental.

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A manera de ejemplo, en California hay una pieza legislativa que toma un enfoque más integral. Dicha ley ha sido denominada Ley de Economía Circular de California y Reducción de la Contaminación Plástica, cuyo objetivo es reducir en un 75 % todos los residuos de plástico de un solo uso en California durante la próxima década.

Si queremos dejar de contaminar el planeta de la forma que lo hemos estado haciendo y reducir drásticamente la cantidad de plástico desechada durante nuestro paso por esta tierra, venimos obligados a dejar de abordar el problema con políticas simplonas.

En su forma actual, la propuesta que se discute en California requeriría que los fabricantes de cualquier tipo de plástico desechable, principalmente el empaque del producto, alcancen una tasa de reciclaje del 20 % para 2024, aumentando gradualmente a una tasa del 75 % para 2030. Esto suena como una meta inicial baja, pero la realidad es que muchos plásticos son prácticamente irrecuperables, y más allá de eso, el mercado de materiales reciclables se ha contraído dramáticamente. Entonces, el efecto práctico de la ley es que muchos fabricantes tendrían que invertir significativamente en equipos, instalaciones y programas para aumentar su tasa de reciclaje, o su producto no podría venderse en California.

Las propuestas en California están abriendo el camino en la discusión de estos temas en la legislatura estatal y, dado el liderato de dicha jurisdicción en temas ambientales, han tenido eco a nivel nacional. Esto a pesar del rechazo esperado de los fabricantes de plásticos y los grupos de comerciantes que dependen del plástico para gran parte de sus negocios. Algunos de los problemas que se han planteado son válidos y deberían abordarse, como la ambigüedad de algunos términos clave (¿qué significa “uso único”?) y si la seguridad de los alimentos puede verse comprometida. La realidad es que el problema de la basura plástica es demasiado grande para resolverlo sin una interrupción seria sobre cómo se fabrican, empaquetan y desechan los productos.

¿Cuán grande? Aproximadamente, se han producido 8,3 mil millones de toneladas métricas de plástico en los últimos 70 años, y menos del 10 % se ha reciclado. La mayoría terminó en vertederos o en el océano, donde está matando animales marinos que confunden los pedazos de plástico con alimentos. El plástico no se biodegrada como material orgánico; se descompone en partículas microscópicas que han invadido todos los rincones del planeta, incluidos nuestros alimentos y el agua potable.

Ante esta realidad, en Puerto Rico, podemos seguir por la vía simplista al prohibir el producto plástico del momento, o podemos aprobar legislación de avanzada convirtiéndonos en la jurisdicción modelo de la reducción de basura plástica.

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