La respuesta a esa pregunta es que todo depende. Lo que se plasme en cualquier composición, especialmente visual, de “lo que somos”, puede depender de dos factores: uno es la agenda que pueda tener el que vaya a proyectarlo y lo otro es la mucha o poca información que tenga esa persona. Si el que está detrás de un lente o el cerebro del guión lo que quiere proyectar es que somos unos indígenas, necesitados y mantenidos, pues eso plasmará en su trabajo. Si de otro lado desea mostrar un país levantándose día tras día para echar adelante a la isla, con o sin la ayuda del gobierno, pues tiene miles de ejemplos e historias para montar otro trabajo cinematográfico. Es una elección del cinematógrafo.
El documental “After María”, de la joven, entiendo, de ascendencia puertorriqueña, Nadia Hallgren, quien creció en el sur del Bronx, ha sido objeto de críticas porque no es lo que esperaban muchos: la historia de cómo Puerto Rico se levantó. Hallgren explicó que eligió la línea de tres mujeres que abandonan la isla tras el paso del huracán María y los problemas que confrontaron al llegar a Nueva York porque es la misma historia que vivió su abuela. Está en su derecho a contar las historias que desee, como los que no están de acuerdo tienen su derecho a no verla o criticarla.
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Ahora bien, vamos a qué se proyectó. Tres mujeres que decidieron irse a los Estados Unidos a las pocas semanas del huracán porque quedaron sin techo, no tenían recursos, quizás tampoco comida. Al llegar a la ciudad de Nueva York, fueron alojadas desde noviembre de 2017 hasta el 30 de junio de 2018 y que el demonio de FEMA no les dió casa permanente. “FEMA nos está soltando… no nos está dando ese recurso para echar hacia delante después de que nos vayamos de aquí”, dice una de las mujeres, mientras una portavoz de la organización Latino Justice expresa “FEMA solo ofrecía el boleto, pero no incluía un hogar ni una vivienda a largo plazo”.
¿Buscó el documental de Hallgren la versión de FEMA? ¿Vio usted en el documental que ella incluyera una explicación de FEMA? ¿Qué no dice el documental? Primero que FEMA no brinda vivienda permanente. Eso lo hace el estado ya sea por sus propios recursos o con fondos de Departamento de Vivienda Federal. Tampoco tiene la tarea de buscarle trabajo a los ciudadanos. El documental obvia que FEMA no pagó boleto aéreo de ida a ninguna persona, que solo lo hizo con algunos puertorriqueños que deseaban volver, que lo solicitaron y que cualificaron.
Tampoco explicó Hallgren, las tres señoras, ni la de Latino Justice que las personas que deseaban irse seleccionaban el estado ¡y hasta el hotel en el que deseaban quedarse! Esa información la obtuve en una llamada telefónica, que me tomó unos minutos realizar a FEMA. ¿Me vá a decir la cineasta que en semanas o meses de filmación nadie de su producción tuvo tiempo de verificar con FEMA para tener su lado de la historia? Por eso digo en el párrafo inicial que lo que se presenta también depende de la agenda que se pueda tener para llevar el mensaje que se desea, omitiendo parte de la información o la historia para tener el efecto que se busca.
No estoy diciendo que este sea el caso, pero ¿conoce usted la historia de los residenciales públicos en Puerto Rico? Éstos fueron conceptualizados para que sirvieran de vivienda temporera a personas de escasos recursos en lo que podían desarrollar, precisamente, los recursos para tener su propio hogar. ¡Nacarile! Las elecciones impedían se cumpliera el objetivo, las familias echaban raíces y luego, como dicen de forma callejera, “no hay Dios que los saque”. Los gobiernos, para que no les afectara electoralmente, miraban hacia el lado. Recuerde que para un sector “el gobierno me tiene que dar”, “el gobierno me tiene que resolver”.
Lo que se representa como “los puertorriqueños” en el documental no puede negarse los hay acá, en la Florida, Boston, Texas, en todas partes. Ahora, ¿podemos estipular que eso es ser puertorriqueño? Hago otra pregunta, si hay estadounidenses racistas, ¿se puede decir que esa es su representación? Ah bueno, si es así, pues aquí se discrimina contra los dominicanos y entonces ¿tendríamos que decir que el ser puertorriqueño es ser racista? Sabemos que eso no es correcto.
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Ser puertorriqueño es lo que usted quiere ser y defiende la puertorriqueñidad que usted entienda que es. Si vé lo que para algunos es una cafrería, una persona buscando ser mantenida, se identifica y se siente orgullo con eso, entendiendo que eso es la escencia de ser puertorriqueño, lo que le representa, pues defienda con uñas y dientes exposiciones como After María. Si vé, de otra parte, una representación de alguien trabajando duro para tener lo suyo, para comprar su casa, no depender del gobierno, pagar sus deudas sin mendigar al estado, eso también es ser puertorriqueño.
Usted se identifica y defiende como puertorriqueño lo que usted quiere, con lo que se sienta representado y de lo que sienta orgullo.
Al final del documental, las tres mujeres, indicando que sus casas no estaban habitables, regresan al “difícil” lugar de Nueva York. Mientras, miles y miles decidieron quedarse, aún en sus casas sin techo, si acondicionador de aire, sin energía, a echar esta isla adelante. ¿Quién realmente la estaba pasando difícil? No se puede recriminar al que se haya ido por las circunstancias que tenga, pero sí hay que celebrar al que se quedó luchando, pasando el Niagara en bicicleta. Las señoras que se fueron, les deseamos lo mejor, como a otros miles que tuvieron que irse, pero nosotros, los que nos quedamos, concentrémonos en apoyarnos, porque esta isla depende, mayormente, de nosotros.