El emprendimiento es la salida a la falta de empleo en el periodismo tradicional. Los despidos masivos de los pasados diez años en diversas empresas periodísticas reconocidas colocaron a los periodistas contra la pared y a otros los aterrizaron en la Tierra. Se pensaba que nada es para siempre, pero sostengo que el periodismo sí lo es. El verdadero periodista se reinventa y busca plataformas que ayuden a la entrega informativa.
Ha sido el periodismo digital la salvación de muchos y la exigencia solapada de estar al día en las nuevas tendencias. A partir del emprendimiento personal se han creado nuevos medios de comunicación, han surgido plataformas periodísticas digitales novedosas y periodistas tradicionales con muchos años de experiencia han resurgido otorgándole al público una muestra de versatilidad y de credibilidad intacta. El emprendimiento debe surgir del periodista o un grupo de comunicadores que desee hacer un negocio a partir de su conocimiento, credibilidad e innovación.
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No se tiene que ser joven para innovar. Todo aquel periodista o estudiante de periodismo que desee reinventarse puede emprender con ideas inteligentes. Nada más observe la plataforma digital Instagram y verá como se mueve el mundo. Hay que dejar claro que no todo el mundo es periodista solo por publicar un video atractivo. Para que se considere innovador debe aportar nuevas maneras de entregar la información partiendo de herramientas digitales que sostengan la audiencia. Además, debe conservar los valores tradicionales del periodismo ético: verdad y precisión, independencia, imparcialidad, humanidad y responsabilidad. Ya con ese conocimiento evalúe si lo que usted sigue y observa en diversas plataformas digitales vale la pena compartirlo.
Para que el periodismo de emprendimiento tenga éxito, se debe conocer a la audiencia a que se dirige. Un estudio de mercadeo siempre es esencial en estos casos o la opinión de un experto en los gustos y preferencias de la audiencia. Las audiencias han cambiado y todos los medios de comunicación han tenido que migrar su contenido a la esfera digital. Por allí es que debe comenzar el emprendimiento, con la aceptación de que ello no va a cambiar y de que el periodismo digital llegó para quedarse.
Lamentablemente, con la modernización de medios y la crisis económica, se han eliminado posiciones en los medios que antes se pensaba que eran esenciales. Ahora un periodista tiene que hacer la labor de tres, pero con el mismo sueldo. Eso es una consecuencia nefasta, pero, al mismo tiempo, es lo que ha ocasionado que el periodismo de emprendimiento surja. Cuando un periodista toma las riendas de su profesión, crea su marca personal, y ello cautiva a la audiencia. Para que tenga una idea, la mayoría de mis estudiantes, me atrevo a decir que un 75 %, quiere establecer su marca y no desea ser asalariado. Su fiel compañero es el móvil y quieren ser periodistas investigadores, al parecer, tenemos futuro, definitivamente. Los que así lo afirman tienen vocación y respeto por la profesión. Es importante que la audiencia o seguidores entiendan claramente la información que se publica, para que pueda ser compartida, de manera que, entonces, el emprendimiento pueda considerarse valioso. Para que un emprendimiento funcione se debe contar con un equipo interdisciplinario que conozca la marca para la cual trabaja y las metas que se trazan, tanto financieras como de contenido. La consistencia hace del emprendimiento un negocio productivo y presente tanto en el lector como en el comprador de contenido. Conscientes de que estamos comenzando un nuevo negocio, debemos ir subiendo escalones con cautela. Jamás debemos compararnos con empresas enormes, pero de seguro pronto los frutos serán buenos y sólidos.
Si investigamos algunos casos de emprendimiento periodístico, descubriremos que la mayoría ha tenido éxito al lograr la especialización en un tema. Por lo tanto, emprender en periodismo es mejorar el proceso de comunicación apostando a la innovación y añadiendo contenido de valor a la sociedad para que pueda tomar decisiones inteligentes.