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Lo que ha provocado la sequía

Lea la opinión de Alejandro Figueroa

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Vivimos en un pedazo de tierra rodeado de agua a vuelta redonda. Aún así, la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) nuevamente se ha visto en la obligación de racionar el preciado líquido para ciertas zonas. El plan de racionamiento de agua ordenado por la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) inicia hoy y afectará a unos siete municipios de la zona noroeste, según se ha indicado.

Los municipios incluidos en el racionamiento son Isabela, Aguadilla, Aguada, Quebradillas, Moca y porciones de Rincón y Camuy. Hay poca agua en la zona por una combinación de poca precipitación y el mal estado estructural de la represa Guajataca, de la que se suplen estos pueblos en que hay unos 60,000 abonados, ha dicho la AAA.

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La sequía que provoca este racionamiento nos recuerda en cierto modo la que vivimos como pueblo en el año 1994. En aquel entonces, 29 municipios se vieron afectados, así como importantes sectores de la economía, como la agricultura, donde se registraron pérdidas de alrededor de $100 millones.

Eventos naturales como las sequías son difíciles de predecir e imposibles de detener. Sin embargo, lo más importante es tomar las medidas para evitar que el impacto sea devastador para la ciudadanía. En ese sentido, la construcción del “Superacueducto”, que traslada el preciado líquido desde el lago Dos Bocas en Utuado hasta la zona metropolitana, es uno de los mejores ejemplos para demostrar cómo una buena planificación y ejecución pueden ayudar al desarrollo de la isla. Dicho eso, este ejemplo, nos presenta una oportunidad para ver cómo contrastan la forma de administrar que, históricamente, ha predominado en el partido de gobierno y la que queda evidenciada para la historia en la obra del Partido Nuevo Progresista.

Como nuestros lectores podrán recordar, el PPD se opuso vehementemente a la construcción del Superacueducto, y persiguió a los funcionarios que lo hicieron posible mediante el comité conocido como Blue Ribbon cuando hubo el cambio de Gobierno a principios de la década de 2000. A pesar de que, a fin de cuentas, el liderato del PPD agradece y reconoce que esta obra evita que el impacto del racionamiento sea mayor y que haya comenzado más temprano, no podemos olvidar que hasta hace poco criticaron el proyecto.

La falta de visión y capacidad del PPD para operar el aparato púbico no solo se ha manifestado en este tema del manejo de nuestros sistemas de acueductos y alcantarillados, sino que trasciende básicamente todos los temas de relevancia que impactan el desarrollo económico de Puerto Rico. A manera de ejemplo, cuando asumieron las riendas del Gobierno en 2013, detuvieron todos los proyectos de energía renovable, proyectos que hacían falta para el cumplimiento de estándares federales y que exponen a la AEE al pago de multas multimillonarias que pondrían a la corporación en una situación aún más precaria de lo que ya se encontraba.

Al detener la construcción de los embalses Valenciano (Juncos) y Beatriz (Caguas), obras ya encaminadas en el año 2011, el gobierno de García Padilla puso en peligro otras zonas. Por eso, nuestro pueblo necesita personas con la capacidad y la visión para desarrollar proyectos de la envergadura de estos dos embalses y el Superacueducto. La realidad es que el único partido que, consistentemente, ha postulado a la posición de gobernación a líderes con estas características es el PNP y confío que el 2020 no será la excepción.

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