Blogs

Opinión: Río Piedras y su Plaza de Mercado

Lea la opinión del representante Denis Márquez

Llevo tres décadas viviendo en Río Piedras, la Ciudad Universitaria, y antes de juramentar como legislador, trabajé 20 años como abogado en la avenida Universidad y, posteriormente, frente a la Plaza de la Convalecencia. A ello se suma mi vida estudiantil en la Universidad de Puerto Rico, nuestro primer centro docente.

Río Piedras tiene la particularidad de combinar y entrelazar diversos elementos de ciudad y pueblo. Es el reflejo constante de lo que es ser parte de la zona metropolitana y, a su vez, conserva el encanto y las vicisitudes de otros pueblos.

Sirve, además, como un barómetro de muchas realidades sociales y económicas de Puerto Rico. No creo que exista un ejemplo más emblemático de la vapuleada realidad del comercio puertorriqueño, como la zona comercial del Paseo de Diego. De igual forma, la manifestación cotidiana de personas afectadas por la drogodependencia y personas sin hogar son un cuadro vivo de nuestra realidad social.

Recomendados

Pero también existe otra realidad: la de la lucha comunitaria, la expresión cultural y la solidaridad humana. Eso es también Río Piedras y Puerto Rico. El trabajo de grupos religiosos, comunitarios y universitarios luego del huracán María fue un vivo ejemplo de solidaridad constante. Las actividades culturales y sociales desde espacios importantes, cómo la Casa de Cultura Ruth Hernández, los proyectos comunitarios de reconstrucción de comunidades, la publicación de periódicos desde la comunidad, el trabajo de la Junta Comunitaria del Centro Urbano, la participación universitaria e integración a través del Centro de Acción Urbana, Comunitaria y Empresarial (CAUCE), proyectos educativos innovadores como la escuela Montessori Comunidad Infantil Alhelí, la nueva cepa de jóvenes comerciantes junto a los que llevan más tiempo y perseveran, y los profesionales que siguen apostando a nuestra ciudad universitaria son contundentes testimonios de esa realidad social de lucha y pasión por su espacio urbano y su comunidad.

Podría dedicar párrafos a señalar la ausencia y el abandono de los Gobiernos a Río Piedras, pero insisto en ver el otro Río Piedras de trabajo comunitario y cultural como un aliciente para seguir repensando la realidad y el futuro urbano, la planificación social, el comercio de nuestros pueblos y ciudades alrededor de todo Puerto Rico.

Río Piedras tiene un importante ícono comercial y económico: la Plaza de Mercado, de la cual soy cliente semanal. Visitarla, recorrer sus quioscos, hablar con los comerciantes y visitantes es una clase semanal de vida social y de realidad puertorriqueña. La vivo y la disfruto.

Con el transcurso del tiempo, sin embargo, la Plaza del Mercado de Río Piedras ha sufrido los mismos embates que otros espacios públicos de nuestro país. La competencia desleal de las megatiendas, los grandes centros comerciales y la falta de inversión y apoyo de parte de los diversos Gobiernos —que prefieren incentivar a los comercios extranjeros— han minado su potencial lejos de promoverlo.

Desafortunadamente, ni siquiera existe un proyecto de divulgación y mercadeo para la Plaza del Mercado de Río Piedras. Grandes sectores de nuestra sociedad desconocen su existencia y miles de puertorriqueños no han tenido la oportunidad de aprovechar los servicios y productos que ofrece este centro de actividad económica y cultural. Es imperativo promover e impulsar este importante espacio público que le ha servido por décadas al país.

En vista de lo anterior, radiqué una resolución para que la Cámara de Representantes investigue el estado operacional actual de la Plaza del Mercado de Río Piedras, su estructura física, su oferta comercial y sus mecanismos de promoción y mercadeo, con el fin de identificar necesidades y evaluar alternativas para promoverla.

Espero que desde la Cámara le hagamos justicia a tan histórico e importante centro de actividad comercial y cultural, para pasar del lamento al verdadero desarrollo económico de Río Piedras.

Tags

Lo Último

Te recomendamos