El trastorno afectivo estacional (SAD) es real, e incluso conocemos muchas personas que, en efecto, lo experimentan año tras año. La realidad es que, aunque los días sean más cortos y la oscuridad llegue más temprano, no tenemos que sentirnos más tristes, solos o nostálgicos. Algunas técnicas recomendadas para sentirnos más felices y saludables pueden ser:
1. Ser generosos. Algo que no requiere ser millonario o tener muchos recursos. Aquellos que ofrecen apoyo voluntariamente (sin esperar reconocimiento) son mucho más felices que las personas que no practican la generosidad. Y para lograr impacto, solo necesitamos brindar un cumplido, brindar la mano en un proyecto, dar propina, contestar un correo electrónico, brindar palabras de aliento, entre cientos de otros.
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2. Optimizar el entorno para lograr más salud. Elementos sencillos son utilizar olores de canela, china o jengibre en el hogar; crear un joy kit que recoja momentos especiales, desde una foto, hasta un boleto de cine; utilizar una taza con un mensaje que nos recuerde por qué podemos dar gracias y sentirnos bien; o hacer resaca de los 300 libros en nuestro armario que ya leímos, y que, en una biblioteca o en la casa de otros, pueden tener mejor uso.
3. Crear conexiones con otras personas, al menos seis horas al día. La realidad es que tomarnos fotos con gente y compartirla en redes no cuenta (tampoco cuentan los correos electrónicos y mensajes de texto). Lo que realmente tiene un impacto es tener conversaciones e interacciones con propósito y hacer un esfuerzo consciente para interactuar cara a cara con la gente.
4. Reunir a la gente, ya que facilitar la cohesión social de manera creativa e intencional crea un fuerte sentido de comunidad y optimismo. La comida es la vía ideal para esta cohesión e inclusión, así que anímate y junta a colegas, familiares o amigos planificando un desayuno, un almuerzo o una junte de “sorullo”, donde cada cual trae lo suyo.
5. Considera tu propósito, y reconoce: ¿con qué frecuencia utilizas tus fortalezas y habilidades para promover el cambio positivo? Investigaciones demuestran que reflexionar sobre nuestras habilidades y utilizarlas mejora nuestro estado de ánimo significativamente. Y claro, ser conscientes de que podemos tener un propósito diario, semanal, mensual, anual y de vida. Lo importante es activar ese 31 % de nosotros que, en muchas ocasiones, duerme. El despertarlo asegura unos resultados extraordinarios.