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Opinión: Periodismo con sazón

Lea la opinión de Mariliana Torres

Cuando se camina y se ponen en práctica los sentidos, se hace mejor periodismo. No podemos hacer un trabajo efectivo si no salimos de los escritorios y computadoras. Me pregunto si, con el tiempo, el periodismo de a pie desaparecerá. No lo concibo.

Entre la mirada del entrevistado y el entrevistador, hay decenas de preguntas y respuestas que, remotamente, no se pueden formular ni contestar. En el lenguaje corporal del entrevistado también se pueden hallar decenas de respuestas. Acceder cuando uno quiera a lugares en Internet que son de gran utilidad en la profesión, pero hacerse esclavo de las herramientas digitales y remotas en sustitución del viejo método de ir, observar y escuchar coloca al periodismo en aprietos. Y ni hablar de las investigaciones y las crónicas. Para que puedan ser probadas, cumplir con los valores del periodismo y tener resultados, son indispensables los documentos y la observación.

Ante la nueva realidad de que el teléfono móvil está sustituyendo las conversaciones, las carcajadas, las miradas y la postura erguida, es fundamental retomar las herramientas del periodismo tradicional. Aprovecho el vértigo que me causan las redes sociales, donde todo el mundo piensa que es periodista, para llamar la atención sobre la importancia de reemprender el oficio desde sus raíces. Recientemente, estaba leyendo una entrevista que le hicieron a la periodista mexicana, Aona Guillermoprieto, en ocasión del premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades. Sus herramientas periodísticas son básicas: observar, preguntar, contrastar datos y escribir textos periodísticos irrefutables y contundentes. Cuarenta años escribiendo no es poco, y lo ha logrado con cautela —en ocasiones a regañadientes—, con investigación, paciencia, escuchando y dejando de calentar silla en la redacción. No hay nada mejor en periodismo que el contacto directo con los protagonistas de la noticia, y debo recalcar que los periodistas no somos los protagonistas de la historia. Eso de ir a las escenas o conferencias y sacarse selfies como si fuera la alfombra roja es tan absurdo. Me tienen mareada en las redes sociales con tanto yoísmo. El apego al yoísmo puede jugarle una mala pasada periodística. Incluso, coincido con Guillermoprieto en que parecen como obsesionados con ellos mismos. ¿Se habrán equivocado de profesión? Hay que aprender mucho de Guillermoprieto para entender roles y personajes. A ella no le mueve un pelo la llamada nueva herramienta de revisión de datos para probar quién dijo qué y si es cierto o falso lo que dijo. Pues para ella es obvio que un verdadero periodista publica cuando ha revisado los datos. Esa herramienta es la más antigua en periodismo si se observan las raíces y sus fundamentos. Un periodista que no verifica lo que dijo el entrevistado y no contrasta datos está haciendo un periodismo a medias. El periodismo de a pie permite esa contrastación y esa observación. Me entristece que los periodistas que recién surgen no utilicen esas herramientas de lujo.

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Al utilizar la observación, el contacto directo que permite el periodismo de a pie, se obtiene una visión más amplia de la realidad y se cultiva la curiosidad. Si se observa con cautela y se habla con los protagonistas de la noticia, se puede redactar con pasión y transmitir emociones delirantes. A mis estudiantes los tengo mareados diciéndoles que le echen sal al escrito. Ellos saben a lo que me refiero. La sosera no es amiga del periodismo. Si no caminaste, hablaste y observaste, tendrás una sopa sosa.

Hay que escribir bien y lo mejor que se pueda, de manera que el que lea viva el acontecimiento con la seriedad que amerite. Si entretiene, que se escuche la carcajada, y si invita a reflexionar, que provoque la opinión pública.

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