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Una Posible Razón Para Tantos Recalcitrantes...

Lea la columna de Marta Michelle Colón

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¿Conoces gente que es menos sociable que antes? ¿Te has preguntado por qué la gente no quiere socializar con esas personas? ¿Será que les huyen como a un zorrillo porque la falta de sueño los hace insufribles? Un nuevo estudio de Nature Communications encontró que la falta del descanso apropiado nos hace menos sociables y esto se proyecta en nuestras conductas del día a día.

Cuanto menos dormimos, menos interacciones sociales deseamos , y el resultando es que la gente nos perciba como repulsivos y aumenta significativamente nuestro aislamiento social. Este círculo vicioso puede ser un factor significativo en una de las crisis de salud pública: la soledad.

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Es obvio que, cuando estamos exhaustos, queremos estar solos. La cruda realidad es que la gente tampoco quiere estar alrededor de nosotros. Desafortunadamente, hay gente que se jacta contando cómo solo necesita dormir cuatro horas la noche y al próximo día se sienten fabulosos, como si esto les fuera a ganar el Grammy.

El dormir hay que tomarlo en serio, pues hace una diferencia significativa en la salud física, estabilidad emocional y agilidad mental. Y claro, algunos le huyen a dormir, por la dificultad de dormirse. Posibles técnicas:

1. Toma papel y lápiz, y haz una lista de “to-dos”. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Baylor, escribir lo que necesitamos recordar ayuda a reducir significativamente las preocupaciones. Mi hijo y yo dormimos con una libreta y bolígrafo en la gaveta de noche. Solo requiere estirar el brazo, para asegurar dormir como bebes.

2. Practicar el 4, 7, 8, botando todo el aire, haciendo un sonido tipo “whoosh”, respirando por la nariz contando a 4, aguantando la respiración contando a 7 y botando el aire lentamente contando hasta 8, en tres ocasiones tres veces, afina nuestra respiración, promoviendo el descanso que deseamos.

El aislamiento social está ligado a muchas condiciones físicas, emocionales y a la carencia de destrezas profesionales. Siempre que un zapatero en Santurce me brinda mal servicio, o leo unos correos electrónicos que mi marido recibe semanal de una persona que todo lo que promueve es el conflicto, o visito una oficina de servicio y me indican que “hasta para morirme tengo que esperar”, me pregunto cuándo fue la última vez que durmieron bien y si son conscientes cómo esas actitudes les afectan en su entorno social y profesional. ¡Ayudemos a erradicar la “recalcitrancia” por falta de sueño!

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