Comprar en línea es lo más conveniente del mundo en este ajoro bestial en el que andamos todos, con falta de tiempo, y en mi caso, con falta de ganas.
Soy enemiga declarada de los centros comerciales y de las locuras de compras urgentes, necesarias y de época, de esas que trastornan a la gente, los vuelve acosadores de estacionamientos y golpeadores en busca de precios más bajos. Cosa que está bien, pero sin los golpes y el acoso.
Ese party que hace la gente con las ventas del madrugador, las ventas navideñas, el back to school, nada de eso va conmigo. No por no gastar, porque, lamentablemente, gasto más de lo que debo, con más frecuencia que la saludable, sino porque, debido a algún trastorno, presumo, me produce tremendo malestar ese estrés y la buscadera de cosas en racks. No puedo con eso.
De modo que he acudido ineludiblemente a la Internet para comprar, pero ha sido un proceso lento, un proceso de conocer los sites correctos, verificar sus políticas de privacidad, sus políticas de devolución y, luego, que se ganen mi confianza para hacerme cliente. (Sí, sí, muy meticulosa con todo eso, pero posteando en Facebook, el violador número uno de las garantías de privacidad e información. Lo sé, pero es que Facebook no tiene mi tarjeta de crédito o, al menos, eso creo.)
Los libros del niño para este curso escolar que comienza ahora se compraron todos por Internet. Los materiales se compraron en una mañana de miércoles, casi madrugada, para no tener que chocar en pasillos ni hacer filas absurdas. Lo único que se compró haciendo un poco de fila fueron los uniformes. Era imposible delegar en un .com las medidas de un preadolescente que va creciendo a las millas, sin pedir permiso y desafiando autoridad.
Recomendados
Katherine Angueira levanta banderas ante programas para agresores
Feid y Karol G arrasan en los Latin AMAs
Gigantes acaban con la racha de los Criollos de Caguas
Pero con el acceso tremendo de las redes, el bombardeo de los sponsored sites en ellas, y la ilusión esa de comprar más barato, me he puesto un poco sloppy en eso de las compras, y he caído en la tentación de comprar cositas hasta en China. Así que, hace un mes, sucumbí a un famoso site de esos que venden cosas súper baratas… De esos que sabes, mientras compras, que estás adquiriendo una baratija que durará dos lavadas, máximo, si no es que un hilito se sale sin querer y te deja esnúa en la 65. Estamos claros. Si cuesta 6 pesos, se hizo en China, y se tarda un mes en llegar, no es Neiman Marcus quality… Hello! El riesgo ha sido aceptado a conciencia.
Hice dos compras eliminando la calidad como criterio. Ambos fueron trajes. El primer traje llegó a las tres semanas, vendido con un súper descuento de 63 % que pa’ qué les cuento. Lo pedí medium. Llegó como xsmall realmente, pero cuando me lo puse, le dije a mi esposo: “Baby, tranquilo. Estoy a cinco libras”. Y quedamos ambos contentos. Ahora a ver cuándo puedo cumplir esa promesa que, generalmente, solo queda en mí, porque tres cuartas partes de mi clóset están clasificadas como “Baby, tranquilo. Estoy a cinco libras”. Y la balanza siempre pa’ arriba.
Entonces, ayer llegó este otro traje que, bendito sea Cristo, debí saber que no había break. Tenía supuestamente un 95 % off. JA-JA-JA. No sé quién me mandó a tenerle fe a mi pedido a China, casi gratuito. Esos sites deben decir “medium chino, medium europeo, medium americano, médium latino”. Pa’ ver si uno, más o menos, tiene chance de acertar. Los charts que te incluyen del cuerpo puede que sean alternativas para algunos, pero yo veo mucho número y mucha tabla y me bloqueo, así que son inútiles en esta coordenada. Bottom line, ese segundo traje me sirvió solo en la cabeza. Pienso que confundí la medida total del busto, de la cintura y de las caderas con las medidas anatómicas de un animal puppy. O, probablemente, sean mis medidas… back in 1983, por lo menos.
Mientras intentaba ponérmelo ansiando tener vaselina y sintiendo la rasposa tela sobre mi cuerpo, sabía que la había embarrado con la compra esa que siempre debió cualificar como cuestionable. Pero ya qué rayos.
Nada sustituye el ojo en vivo ni la supervisión de las manos. Y definitivo, lo barato sale caro, aun si viene de China, donde parece que mi medium es XXLG.