Nuestro pueblo ha dejado atrás las ataduras del conformismo y camina hacia un nuevo Puerto Rico trabajando en un claro y eficiente modelo para la transformación socioeconómica de nuestro archipiélago. Progresar en paz requiere una oportuna transición a una nueva y mejor manera de regenerar nuestra economía y calidad de vida, sin obviar nuestras obligaciones y deberes. Puerto Rico iba a la deriva en manos de quienes ahora, viendo nuestra capacidad de salir adelante, reclaman que es hora de definir el papel que corresponde a cada parte en este proceso de reconstrucción… que comenzó mucho antes del impacto de los huracanes Irma y María. Trazada y avalada la ruta, nuestra recuperación ha mantenido su ritmo, mientras nuestras comunidades han ido descubriendo cuán particular puede ser el camino de cada región según sus activos.
Durante este año natural, hemos esbozado una reforma contributiva que hoy está en manos de la Legislatura; estamos trabajando junto a funcionarios electos para lograr una dramática reestructuración gubernamental, y convertimos en ley la reforma educativa. La primera fortalece adecuadamente nuestra economía, permitiendo a nuestra clase trabajadora disponer de su dinero, gracias a la propuesta reducción en la tasa contributiva, la garantía del crédito por trabajo y el récord demostrado por nuestro Departamento de Hacienda en la devolución de reintegros. Lo segundo, uno de los más importantes compromisos de quienes tuvieron a bien adherirse a los postulados de la Agenda de Cambio y Transformación, se percibe como el resultado de la aprobación de la movilidad entre entidades gubernamentales y la tan necesaria uniformidad entre las clasificaciones, que permite, a su vez, la reciprocidad, tanto en el servicio público como en el sector privado, tanto en alianzas público-privadas participativas como al reducir el número de agencias sin afectar a quienes dedican su vida al servicio público.
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La tercera conllevaría muchas más líneas que las que podemos dedicar en este espacio, pero su fin es encomiable. Para 2019, los padres podrán escoger libre y voluntariamente la escuela que desean para sus hijos por medio de los vales educativos. Para este 2018, un nutrido grupo de escuelas contará con un nuevo formato administrativo que, aun siendo gratuito, permite una mayor flexibilidad en los procesos de matrícula a cambio de garantías de cumplimiento con estándares académicos previamente establecidos. Al unísono, esta transformación promueve la óptima utilización de nuestros recursos humanos y fiscales en beneficio de nuestros estudiantes, quienes junto a sus maestros y mentores también participan de importantes proyectos que inciden directamente en un mejor ambiente escolar y en el desarrollo de su carácter.
Estos son solamente tres ejemplos de cómo las iniciativas del honorable Ricardo Rosselló Nevares nos permiten ir descorriendo el velo de los paradigmas impuestos en el pasado. Paso a paso, peldaño a peldaño, escogiendo nuestras batallas y cumpliendo con la palabra empeñada, con la certeza de que todos hemos de ver un mejor mañana, porque estamos transformando a Puerto Rico hoy.