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Al garete la salud de los pobres

Lea la opinión de Lilly Rivera

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Por: Lilly Rivera
periodista y especialista en Educación para la Salud Pública
@gohealthylilly (Twitter)
Creadora del medio digital especializado en periodismo en salud, Go! Healthy PR

Hace más de 20 años que la diabetes Tipo 2 ocupa el tercer lugar de causa de muerte en Puerto Rico. No debería ser así, porque esta enfermedad incurable es prevenible. Si se padece y se atiende bien, es manejable o controlable. Se supone que no cree graves complicaciones ni mate a tanta gente.

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Los factores principales de riesgo de la diabetes Tipo 2 son una combinación de herencia y malos estilos de vida (que tienes el poder mejorar), como la inactividad física, sobrepeso, obesidad, fumar y la inadecuada alimentación.

El Departamento de Salud (DS) de Puerto Rico, en su Informe de Salud de 2016 sobre la utilización de los planes médicos en la isla, incluyó los hallazgos de una investigación de 2013 que demostró una prevalencia de más de tres veces mayor de diabetes Tipo 2 en pacientes de escasos recursos. (El estudio analizó el uso de seguro médico de 102, 507 personas adultas de 18 a 64 años con diabetes Tipo 2).

El promedio de hospitalizaciones y visitas a salas de emergencia por persona fue mayor en los beneficiarios de la reforma (10.5 y 3.1 vs 3.12 y 1.5). Mientras que el sector privado tuvo mayor uso de los servicios médicos ambulatorios. Este hallazgo sugiere que, en el el sistema público pueda haber proveedores que incumplen las guías de tratamientos, acceso limitado a servicios médicos o servicios de baja calidad. Pudiera ser que las personas no estén cumpliendo con las terapias ni hayan adoptado los estilos de vida recomendados.

Cuando una persona no visita a su médico con regularidad porque tiene acceso limitado a servicios ambulatorios que previenen complicaciones, es muy posible que sus condiciones de salud se descontrolen. Al descompensarse puede terminar en sala de emergencias u hospitalizado. Y en esos casos, los daños que sufren los órganos muchas veces son irreversibles. Al punto de amputaciones, pérdida de visión, diálisis o muerte.

Claramente, los pobres están enfrentando la falta de un sistema de salud accesible con servicios preventivos de calidad, educación al paciente, visitas de seguimiento para detectar complicaciones a tiempo, referidos tempranos y tratamientos agresivos eficaces para controlar o prevenir la diabetes Tipo 2. La prevalencia continúa en aumento. ¡Esto es inhumano!

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