“Levantarse” pasó de moda. Nadie puede sentirse vivo si todavía carece de los servicios esenciales de electricidad y agua. Nadie puede sentirse vivo si siente que le están metiendo la mano en el bolsillo para pagarle miles de dólares a tecnócratas que desconocen la idiosincracia de Puerto Rico. Y mucho menos se siente vivo si sabe que dentro de poco le quitarán los beneficios marginales y el techo porque no puede cumplir con el pago de la hipoteca. Los que se quedaron en Puerto Rico luego de la inmisericorde destrucción de María lo hicieron porque aman a su país y porque entendienden que se pueden levantar, pero estos días recibieron una profunda desilución.
Propuestas y reformas irrazonables colocan el pie al pueblo para que se caiga y se mantenga en cuclillas. Los gritos son ensordecedores: Quiero trabajar; Quiero estudiar; Quiero graduarme; Quiero permanecer con mi familia; Quiero mejor calidad de vida; Quiero mejores servicios de salud; Quiero mi retiro; Quiero mi hogar. ¿Porqué se les hace tan difícil entender a los gobiernos que los ciudadanos tienen derechos? Ya las decisiones políticas para favorecer a unos cuantos tiene al pueblo cansado. Debo aclarar las decisiones politico partidistas e incluyo a todos los partidos que han estado en el poder.
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Investigaciones periodísticas han reconfirmado la barbaridad que los gobiernos han hecho con el dinero del pueblo y cómo lo han utilizado para asuntos que no redundan en beneficio para los ciudadanos. En camino están varias investigaciones y análisis periodísticos que están tratando de ponerle el pie nuevamente. Por ejemplo, varios periodistas reclaman por derecho que el gobierno entregue el análisis que supuestamente ha realizado para pagarle a los bonistas pero se hacen de oídos sordos. Este reclamo está, una vez más, en los tribunales. En este caso el rugido es clásico: todos los ciudadanos tienen derecho a conocer el contenido de los documentos públicos. Pero no lo entienden a pesar de que las leyes son claras.
Ya ustedes han observado las consecuencias de todo ello pues el contenido que se ha divulgado del plan fiscal recomendado por la Junta de Control Fiscal es escalofriante. Siempre nos enteramos de lo que se cuece en silencio tras las puertas. Los que decidieron por donde empezamos a cortar residen fuera de nuestro país, entonces, es indignante el castigo al pueblo que sobrevive con múltiples esfuerzos. Es decir, las recomendaciones del ente federal decidirán el futuro del puertorriqueño y hasta ahora demonstrando poco interés en la superviviencia de la isla.
En las últimas semanas se han disparado las solicitudes de trabajadores gubernamentales para acogerse a la jubilación temiendo lo peor. Se encaminan a dejar el país. Los estudiantes que necesitan a las becas para completer su carrera profesional también sienten sus pies en arena movediza. Se ha ignorado por completo las recomendaciones de expertos catedráticos en materia fiscal y por el contrario se encamina el recorte de fondos afectando investigaciones académicas importantes. A todas luces entre lo propuesto y lo acogido por el gobernador Rosselló y la Junta deja al pueblo desnudo. Se está evitando la participación del pueblo en su proceso de levantarse lo que es indispensable para sostener la democracia. La presión aumenta en la calle. Se observa en los rostros el coraje y la indignación. Son trabajadores y padres de familias que podrían perderlo todo empezando por beneficios marginales como por ejemplo la licencia por enfermedad. Hasta ausentarse por estar enfermo es Aunque la reforma laboral todavía no está sometida ante la Asamblea Legislativa se rumorea la palabra paro nacional. Si enfermarse podría ser ahora penalizado, si se pierde la pensión, los derechos a días de asueto entonces tendremos un trabajador mas aquejado con problemas físicos y mentales. No solo es perder beneficios se trata de darle la bienvenida a la pésima calidad de vida y a la pobreza extrema.