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A contar bien los muertos tras María

Lea la opinión de Lilly Rivera

Por: Lilly Rivera
periodista y especialista en Educación para la Salud Pública
@gohealthylilly (Twitter)
Creadora del medio digital especializado en periodismo en salud, Go! Healthy Puerto Rico

Saber cuántos murieron “por el huracán María” es importante para reconstruir Puerto Rico. Bastan de 10 a 20 muertes para que un fenómeno natural califique como “desastre” para las principales fuentes de datos, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de la Organización de las Naciones Unidas. Cuanto antes se aclare esta controversia, mejor será para el país.

Los “desastres” comienzan antes de que llegue el huracán; María no fue la excepción, pues sus causas llevaban tiempo a la vista de todos. La pobreza, por ejemplo, obligó a las personas a vivir en lugares de alto riesgo porque no tenían opciones; y la destrucción de humedales y bosques a causa de la construcción desmedida eliminó zonas que antes amortiguaban vientos y crecidas de ríos. La desigualdad social, el subdesarrollo económico, los gastos insostenibles y la incapacidad de componentes del Gobierno central o local son las vulnerabilidades que María detonó en nuestra isla.

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La estimación de los efectos de un desastre es necesaria para saber qué corregir y poder minimizar sus impactos. En Puerto Rico, escasean los datos estadísticos actualizados, tan críticos para estar preparados. Afortunadamente, contamos con información de entidades públicas o privadas. Claro, la manera en que la obtienen y la disponibilidad para compartirla son otros 20 pesos.

Y hay que validar los datos mediante la comunicación directa con los afectados, visitas a las áreas afectadas, cuestionarios e informes de prensa (sí, aunque algunos los tilden de exagerados, estos son datos de referencia). Hay que ir a levantar los datos para identificar los decesos, porque fueron nuestros conciudadanos y merecen ese respeto, y también, ojalá, para aprender con datos certeros qué podemos hacer mejor para corregir y prevenir.

Mucho se ha dicho sobre las muertes que causó María, y este serio asunto ha sido balón político. Es el momento de recuperar el enfoque salubrista y aunar esfuerzos locales y recursos externos también. De lo contrario, persistirán las vulnerabilidades que causaron las pérdidas humanas y materiales. La mejor defensa que tenemos antes de que llegue otro huracán consiste en el conocimiento y las medidas tomadas a base de esa evidencia. No puede ser de otra manera. Para mí esa es la mayor enseñanza del desastre.

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