Recuerdo las conversaciones que sostenían los adultos en tiempos de mi niñez. Culturalmente, permanecer como oyente y observador era un privilegio; convertirse en interventor, un honor. Su forma de expresión, su respeto y educación era testimonio viviente de aquella famosa frase que otras veces tanto hemos escuchado: “No es lo que se dice, sino cómo se dice”.
La única manera de lograr el cambio que nuestra gente espera, requiere y avaló en las urnas es manteniéndonos firmes en el cumplimiento de nuestro deber ministerial como funcionarios públicos, realizando, de manera prudente, ordenada y transparente, aquellas acciones que resulten en beneficio de nuestra gente. El que la Junta de Supervisión Fiscal exija aumento a su presupuesto, revela que, en estos momentos, quienes tengan el deber de promover y fiscalizar la adecuada reconstrucción de Puerto Rico, amén de los fondos federales y la manera en que se controla y audita el uso de estos, necesita de recursos que de ordinario no hubieran tenido que solicitarse. No se puede pretender que sean solamente las Ramas del Gobierno las que, luego de lo ocurrido, continúen haciendo más con menos. Tampoco exigir que se siga manteniendo la consabida e icónica percepción de que “la soga siempre parte por la más fino”. Para la administración del honorable Ricardo Rosselló Nevares, los empleados y las empleadas en el servicio público son los pilares y el motor que sostienen y hacen funcionar, respectivamente, el andamiaje gubernamental. Este sector, al igual que las comunidades compuestas por nuestros más vulnerables, serán protegidos en cada plan compartido con la Junta y en cada legislación sometida por el Ejecutivo a la consideración de los Cuerpos Legislativos.
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Ni nuestro gobernador ni el liderato de nuestra colectividad quedarán atrapados tras las cortinas de humo levantadas para desviar la atención de los asuntos verdaderamente importantes que atienden al presente tanto el Gabinete del gobernador, como nuestra Conferencia Legislativa. Mientras algunos se entretienen en la cacofonía de sus propias críticas, alegando encontrar paja solamente en el ojo ajeno, el honorable Ricardo Rosselló Nevares, nuestra comisionada residente y los respectivos presidentes de Cámara y Senado continuamos enfocados en nuestra visión y misión. Nuestras metas a corto plazo serán cimiento de la reconstrucción de Puerto Rico; aquellas que vamos forjando a mediano y largo plazo, darán testimonio fiel de que un mejor Puerto Rico es verdaderamente posible… y de que cuando se quiere, ¡se puede!
En una de sus notas, don Luis Muñoz Marín nos recordaba que “la verdad, generalmente, camina más despacio que la mentira”. Ello, con el propósito de hacer un llamado no solo a defender la primera, sino también a hacerla “más veloz”. Y, tal vez, pudiéndose referir de cierta forma a cómo lograrlo, otro gran hijo de esta tierra nuestra y también exgobernador de Puerto Rico, don Luis A. Ferré, nos dejó su conocida frase: “La razón no grita; la razón convence”.
Somos conscientes del compromiso que juntos hicimos con y por Puerto Rico. Nuestra prioridad es atender todos y cada uno de los postulados de nuestro programa de gobierno. Cumpliremos con nuestro deber ministerial y, en su momento, prevalecerá la verdad, y la razón convencerá.