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Con energía renovada

Lea la opinión del secretario de la Gobernación

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Como es conocido, el honorable Ricardo Rosselló Nevares anunció el lunes la iniciativa de la presente administración de promover, de manera ordenada, la venta de los activos de la Autoridad de Energía Eléctrica, una corporación pública que aún en la segunda década del siglo XXI mantiene el dominio del sistema de generación y distribución de energía eléctrica en Puerto Rico. Sistema que nuestra gente reconoce y ha catalogado en los pasados años como deficiente y obsoleto. Nuestro pueblo reconoce que esta determinación debió haber sido tomada hace mucho tiempo. Es por ello que, reconociendo la evidente dependencia que tenemos del petróleo y el efecto adverso que han traído consigo muchas de las determinaciones que históricamente ha tomado la administración de dicha corporación, junto al abandono de su infraestructura, es que se necesita un cambio verdadero. Hoy, la llamada mayoría silente se muestra conforme con el propósito ulterior de esta medida: transformar el sistema de generación en uno moderno, eficiente y menos costoso.

No se hicieron esperar las reacciones al referido mensaje. El acierto del gobernador al comunicar, tanto las razones para esta decisión como las fases, la forma y la manera en que se llevará a cabo el referido proceso de compraventa, fue tal, que la respuesta de quienes se oponen a todo fue la insinuación de que todo era un andamiaje para encubrir algún alegado desacierto. Por alguna razón, existe en el refranero popular aquella conocida frase de que “ladrón juzga por su condición”.

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No existe “nube” que pueda ocultar el deseo de nuestra gente de salir adelante, de levantar a Puerto Rico, de continuar abriendo caminos luego de la devastación que experimentó la isla el pasado mes de septiembre. Tampoco existe comentario mal intencionado que distraiga nuestra atención. La recuperación de Puerto Rico está encaminada y seguimos trabajando en nuestra agenda de futuro, no como si no hubiéramos sufrido el embate de Irma y María, sino a pesar de ello.

Ejemplo de lo anterior es la continuidad que se la ha dado a la reforma energética, a la reforma contributiva, a la lucha por la igualdad, a fomentar el trabajo en equipo con los municipios y a las iniciativas que promueven el bienestar individual y colectivo de los más vulnerables. El anuncio de la venta de activos de la Autoridad de Energía Eléctrica jamás opacará la visión de futuro, más allá de líneas partidistas, con que el honorable Ricardo Rosselló Nevares firmó la ley para incluir el lenguaje de señas en el currículo del Departamento de Educación. Tampoco la apertura a que alcaldes y alcaldesas cuenten con más y mejores alternativas para cumplir con sus responsabilidades para con el desarrollo de sus respectivas comunidades. Esto, convirtiendo en ley más de una decena de proyectos legislativos que benefician directamente a nuestros setenta y ocho municipios.

Al tiempo que se aumenta tanto el porcentaje de generación de energía en la isla como la cantidad de abonados que, por fin, disfrutan de “la llegada de la luz” a sus hogares y negocios, el Gobernador atiende, al mismo tiempo, la reconstrucción del Puerto Rico de hoy con los cimientos para nuestro desarrollo futuro. En ese sentido, vemos cómo se convirtió en ley el Proyecto del Senado 42 que crea un programa de becas para apoyar económicamente a estudiantes de la Universidad de Puerto Rico, de escasos recursos y sin restricción del grado académico al que aspiren. También pensando en el mañana, se colocó la simbólica “primera piedra” en lo que pronto ha de ser un parque pasivo para los hijos de los confinados en la Institución Bayamón 1072. Asimismo, nuestro primer ejecutivo hizo entrega de veinte (20) incorporaciones de cooperativas juveniles, todas como parte de un esfuerzo realizado durante el primer año de administración, lo que evidencia nuestro compromiso con el movimiento cooperativista, el desarrollo económico de la isla y con la capacidad que vemos y reconocemos en nuestra juventud.

Como Warren, consideramos que “la dificultad no es sino una palabra para designar la cantidad de fuerza que es necesaria para vencer un obstáculo”. Es en ese espíritu que, al tiempo que escribo estas líneas, se presentan y discuten los detalles de nuestro nuevo plan fiscal, a cinco (5) años y sin vislumbrar la imposición de nuevos impuestos a nuestra clase trabajadora. Uno plan que, cónsono con el plan para Puerto Rico avalado en las urnas, nos servirá de guía para continuar adelante, hasta alcanzar todas y cada una de las metas que nos hemos establecido. Porque la voluntad necesaria para continuar por la ruta de progreso en la que nos encaminamos desde hace poco más de un año renace con mayor entusiasmo cada día. Nuestras energías se renuevan cuando vemos el fruto de la resiliencia en nuestras comunidades. Porque no hay mejor costumbre que la de reinventarse y, sin necesidad de haber caído, cada día levantarse.

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