En las primeras semanas del nuevo año nada pinta bien para los inquilinos de La Fortaleza. Por el contrario, todo parece que se está llenando el cuarto de agua y nadie arroja un salvavidas.
Por un lado, aumenta la desesperación ante la crítica situación que vive el país por las deficiencias en el suministro de energía, al extremo que en los últimos días han salido a la calle, enunciando su voz de protesta, varios alcaldes –y poderosos– del oficialista partido gubernamental exigiendo respuestas y acciones.
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Declaraciones como las emitidas recientemente por los alcaldes de Bayamón y Ciales, así como por la alcaldesa de Ponce, entre otros, suenan a grito de guerra contra su propia grey partidista. Todos dicen, y con razón, que a más de cien días del paso del huracán María la espera por la restauración del servicio de electricidad en sus comunidades es insostenible.
Días atrás, en las páginas de Metro se recogieron las duras expresiones del ejecutivo cialeño Luis “Rolán” Maldonado afirmando que ya no le cree a nadie en el gobierno mientras responsabilizaba a su gobernador por la difícil situación que vive su municipio.
Al tiempo que crece el agobio por la falta de luz eléctrica se dispara en la isla el número de asesinatos, al punto de colocarnos en una grave situación de inseguridad pública y ciudadana. Ante esto, se forzó la salida de la entonces comandante de la policía Michelle Hernández, lo que todos sabemos no resuelve el problema. Atajar la situación del crimen, que se vincula, en gran parte, a los desajustes del mercado ilegal de la droga, requiere una mirada amplia que trascienda el discurso policiaco. Es ir tras las raíces del problema y atenderlos con intervenciones sociales efectivas y de eso no escuchamos nada.
En otro capítulo de la compleja situación que se vive en el Palacio de Santa Catalina, esta semana trascendió un escándalo de encubrimiento de acoso sexual que involucró varios allegados del ejecutivo y que resultó en el despido del director de la Compañía de Turismo.
Este asunto no es poca cosa. De lo que nos hemos enterado es que ayudantes y funcionarios del gobernador escondieron debajo de la alfombra unas denuncias de hostigamiento sexual que se presentaron para su consideración y que cuando el asunto trascendió el libreto público que se confeccionó se colmó de mentiras y falsedades.
Y mientras esto ocurría, desde La Fortaleza se anunciaron varios proyectos de reorganización del gobierno mediante la consolidación de agencias y servicios. Aunque algunas de esas propuestas son necesarias otras levantan bandera por sus implicaciones.
Por ejemplo, desde la mansión ejecutiva se informó que el Departamento de Desarrollo Económico y Comercio diseñará un procedimiento para privatizar el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico (IEPR). Tal acción se justificó aludiendo que su propósito es dar total independencia a la Junta de Directores de la entidad, que actualmente es nombrada por el gobernador.
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Pero ojo. Pretender privatizar la producción y el manejo estadístico del país es alentar a la manipulación de los datos que son necesarios y requeridos para el desarrollo de estrategias económicas y sociales al momento de diseñar políticas públicas. Además, la privatización del IEPR contraviene el principio de transparencia y acceso a la información pública que debe existir en una sociedad democrática.
Sobre este último punto hay algo importante que anotar. Antes de finalizar la pasada sesión legislativa, el Senado aprobó un proyecto para crear la Ley de Datos Abiertos del Gobierno con el propósito de que toda información manejada por las agencias gubernamentales sea publicada en un portal electrónico que será manejado por el IEPR.
Esta es una medida importante, impulsada por el presidente senatorial Thomas Rivera Schatz, que de convertirse en ley aportaría a la transparencia, a la democracia y a la transformación de la cultura de las agencias de gobierno en la medida en que no habrá información pública que pueda ser ocultada bajo ninguna consideración.
Una medida similar fue presentada el cuatrienio pasado y la mayoría legislativa de entonces, controlada por el opositor Partido Popular Democrático, la derrotó. En esta ocasión, muchos senadores populares volvieron a oponerse.
Los días avanzan y esperamos que este proyecto del Senado llegue a feliz término y sin oposición de La Fortaleza.