Pasadas las festividades y antes de comenzar a analizar la vorágine de nuestra cotidianidad política, me parece sensato hacer un alto para reconocer lo que atravesamos como pueblo en el año que terminó.
Y es que, nos guste o no, María marcó un antes y después en nuestra historia personal y colectiva. El país aún continúa su lento proceso de recuperación y por eso, en esos días de gran tensión me inspiraba para escribir pensamientos o versos sobre lo que se ha convertido en la nueva normalidad de la mayoría de los puertorriqueños.
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Algunos de ellos fueron pensamientos a los que mi hermano Ian le insufló espíritu de poesía. Sin más, esto solo pretende ser una expresión, un retrato, en instancias jocosa, sobre lo que hemos vivido. Estoy seguro de que se sentirán identificados(as).
Esta azarosa María
Me dejó sin energía
Solo tengo una linterna
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Pero no consigo baterías
———
La ropa esta sucia,
El ‘jamper’ está lleno,
No tengo ropa limpia,
Solo queda estar en cuero
———
No tengo comida
Mucho menos agua fría
Un mes comiendo salchichas
Maldita sea María
———
Estaba cocinando
Y el gas me dejó,
Por ahí tengo a Carmela,
Ella nunca me abandonó
———
Aquí en la Edad de Piedra
Escribo estos nostálgicos versos
Para los nietos que aún no tengo
Sepan ustedes, no son cuentos ni mentiras,
Aquí había señal, internet y energía
———
¿Qué haré hoy? María se llevó mi vida
No tengo ventanas, trabajo ni comida
Duermo en el suelo, que triste vida la mía,
Recuerdo que ya no estas, que soledad, que agonía
———
Irma tumbó algunos postes,
María secuestró la luz,
Ahora se acelera el éxodo
Para librarnos de esta cruz
———
Me aborrece la botánica,
Pero necesito una planta,
Su abono es la gasolina
Mala mía por el ruido, necesito la energía
———
Entre muertos y carencias
Mentiras diarias y patrañas
Descubrimos con linterna, velas o planta,
¡Ay bendito! Puerto Rico no se levanta
———
Cuando sea escrita nuestra historia
Esta, sin duda, tendrá que plasmar
Que con heroísmo, solidaridad, gallardía
Tesón, paciencia y gran resiliencia
Fue que Puerto Rico venció a María
Ahora si, habiéndome permitido este desahogo renuevo este año con ustedes el voto de hablar con la mayor honestidad y verticalidad sobre los asuntos que nos ocupan semana tras semana. A fin de cuentas, el compromiso es solo uno: al país, la verdad.