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En 2018, ¿Qué hacemos con los tóxicos?

Lea la opinión de Marta Michelle Colón

Si queremos conocer cuánto nos afectan los tóxicos y el impacto que tienen en las organizaciones donde trabajan, miremos el número de estudios que existen sobre este tema en los pasados 10 años. Se han documentado más de 4,910 artículos en supervisión abusiva, 16,000 escritos relacionados con el efecto de los groseros, y más de 16,500 referentes a agresión verbal. El denominador común de estos: una “persona tóxica con iniciativa”.

Estos “seres” son como una serpiente enjaulada con un pollo. Si el pollo no tiene astucia, se convierte en pedacitos en menos de un suspiro. Cientos de estudios demuestran que encuentros con personas tóxicas —groseras, insultantes e irracionalmente exigentes— debilitan nuestro desempeño, afectan la toma de decisiones, la productividad y la creatividad.

Es difícil no rodearse de una persona tóxica, pues están choretos y siguen reproduciéndose como los conejos, ya que es una conducta altamente contagiosa. Unos pocos pueden arruinar un equipo de trabajo y una organización, sobre todo los conocidos como pass-hole (tóxicos pasivo-agresivos). ¿Cómo sabemos si nos rodean y el impacto que tienen en nuestra vida? Preguntémonos:

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Por otro lado, reconozcamos si nos estamos acostumbrando al ambiente tóxico o justificamos de forma engañosa diciéndonos mentiras como:

La situación no es TAN mala.

Las cosas están mejorando.

La experiencia negativa es buena, porque se aprende, y el abuso valdrá la pena.

Mi rol es SALVAR todo y a hacer las cosas mejor.

No soy débil; las cosas horrorosas no me afectan.

Seguro que es malo para mí, pero es peor para los demás, así que ni me quejo.

Es malo aquí, pero podría ser peor en otro lugar.

Una vez reconozcamos cuánto impacto tienen los tóxicos en nuestra vida y, si podríamos estar en negación, será más fácil identificar qué técnicas utilizar para evitar el impacto negativo o contagiarnos. Después de todo, la gente capaz y productiva deja a los jefes, no a las empresas. (Pendiente a la segunda parte: “Cómo manejar y detectar los ‘tipos de idiotas’”).

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