Anda un tropel de puertorriqueños en Washington presionando a los congresistas sobre el tema de la Reforma Contributiva de Trump. Otro batallón de influyentes boricuas irá pronto a la capital federal. Pero la pregunta es, ¿A pedir qué? La realidad es que no hay claridad en lo que quiere el gobierno de Puerto Rico que aparezca en el lenguaje final de esa pieza.
Ya ayer quedó configurado el comité de conferencia legislativo que armonizará las versiones distintas aprobadas por la Cámara y el Senado de Estados Unidos. Ese grupo deberá entrar de lleno en la discusión la semana que viene. En lo que tiene que ver con Puerto Rico, la discusión es sobre el tratamiento que se le va a dar, si doméstico o foráneo. Estos conceptos le traen dilemas existenciales a los estadoistas y hay un grupo dispuesto a entregarlo todo a cambio de que no se nos trate como una jurisdicción extranjera. Y todo es todo, incluyendo el someter a los puertorriqueños al pago de contribuciones federales, suponiendo ello que estaremos a un paso de la estadidad ya que se reclamará que pagamos impuestos sin representación política. El gobernador Ricardo Rosselló parece ser el más centrado en esta discusión y está dispuesto a echar a un lado su batalla ideológica con tal de no llevar a Puerto Rico por el precipicio económico. El arancel de 20% a los productos fabricados aquí e importados a Estados Unidos supondría la desaparición del sector industrial y con ello la eliminación de miles de empleos así como una reducción dramática a los recaudos del Departamento de Hacienda.
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La Comisionada Residente, junto con los presidentes legislativos, es la que figura que lleva la voz cantante en el afán de que a Puerto Rico se le considere doméstico y se le imponga algún tipo de contribución al sector industrial cuando importe productos al territorio continental. Jenniffer González anda con los representantes que le responden políticamente, pues le deben a ella sus posiciones de liderato en la Legislatura de Puerto Rico. Sin embargo, muchos de ellos ni entienden el tema aunque andan por los pasillos del Congreso disque cabildeando. Uno de ellos, el Presidente de la Cámara, aunque muy preocupado con exhibir sus atuendos caros, ha aparecido en estos días en los medios con una clara ignorancia sobre los conceptos medulares de este tema. El martes, en una entrevista que le realicé para Radio Isla, Johny Méndez pareció defender cinco posiciones al mismo tiempo. Al final me dijo que andaba en Washington pendiente a ver que pasaba. Miren señores, si lo que quieren es observar, para eso está la prensa y nos cuesta menos.
El gobierno de Puerto Rico tiene que armonizar un mensaje y hablar en una sola voz, porque de lo contrario el disparo saldrá por el lugar menos querido y nos afectaremos todos. En estos días los congresistas trabajan con muchos temas que son prioridad: Israel, la resolución de continuidad del presupuesto federal, etc. Un mensaje confuso de Puerto Rico les llevará a dejar el lenguaje que se aprobó ya y eso supondría una debacle peor de las que nos dejó María.