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Regreso de la luz: realidad del 95 %

Lea la opinión de Alex Delgado

Ya van 75 días que la inmensa mayoría del país no tiene servicio energético. Sin embargo, hay personas que se acercan a los 100 días sin dicho servicio si se toma en consideración que, desde la tormenta Irma, se les fue la luz. Lo que nos afectó en este último caso fue una tormenta, no un huracán categoría 5, como indica el Gobierno.

El 14 de octubre, el gobernador Ricardo Rosselló estableció que para el 15 de diciembre próximo tendría el 95 % de la generación de energía. Todo Puerto Rico entendió que se refería a porcentaje de clientes con servicio. Luego aclararon. No obstante, el ingeniero Josué Colón, exdirector de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), dijo en Noticentro (WAPA TV) que, si se llega al 95 % de generación, se supone que el número de clientes servidos se acerque a esa cifra, ya que el sistema no debe producir una cantidad para la que no hay un nivel similar de servicio. En ese aspecto, suponemos que, si la AEE llegara el 15 de diciembre al 95 %, pues un número cercano a ese porcentaje debe estar energizado. No obstante, esa medición de clientes servidos no se puede dar aún porque el sistema que brinda esa información aún está averiado.

Creo que el primer mandatario reconoce, en su interior, que su meta es un reto casi irreal. Los que realmente tienen títulos de ingenieros, el Ejército y el Cuerpo de Ingenieros, todos han planteado que eso no es real. No obstante, el propósito principal, a mi juicio, era presionar a la AEE y acelerar el restablecimiento del servicio. Muchas veces, si no se establecen ese tipo de presiones, la cosa no fluye con el mismo sentido de urgencia. Ocurre en toda organización.

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Cuando único se alcanzó la meta de generación fue al llegar al 50 %, pero la fiesta duró minutos cuando el sistema cayó nuevamente. ¿Se afectó el sistema al ser forzado con una transmisión de energía muy grande para la que no estaba preparado? No lo sé. Sin embargo, el pasado fin de semana, la AEE advirtió que no iba a forzar el sistema para generar una cantidad de energía, solo para cumplir con la promesa de tener el 80 % de generación que se suponía que tuvieran el pasado viernes según el compromiso. Me parece responsable por parte de la AEE esa determinación.

El pasado 1 de diciembre, cuando se suponía que tuviéramos el 80 % de generación, solo habían llegado al 65.6 %. Aunque no se cumplió la meta, no deja de ser un buen número tomando en consideración lo averiado que quedó lo poco que teníamos de lo que es un sistema energético.

Antes del huracán María, dialogaba con el gobernador sobre los efectos de Irma en la isla. En aquel entonces, a las dos semanas de ese fenómeno atmosférico, el 95 % de los clientes ya tenían servicio energético. “Si viniera un huracán, como venía Irma, categoría 5, y nos impactara, no quedaría sistema eléctrico de pie. Estaríamos un buen tiempo sin luz”, me dijo Rosselló el 15 de septiembre, cinco días antes de la llegada del huracán María. Su pronóstico se hizo realidad, aunque el impacto fue de categoría 4.

En la cruda realidad, el Gobierno tiene que “jugar” con la psiquis del pueblo ante una situación como la que hemos enfrentado. No lo digo de forma negativa. Del lado periodístico, nuestro trabajo es buscar la verdad, y si la descubrimos, tenemos la obligación de publicarla. Eso no nos quita responsabilidad a la hora de sopesar cómo se presenta una información que pueda tener un impacto emocional adverso en la comunidad. Como periodista que siempre ha tratado de mirar y comprender las acciones del otro lado, en este caso del Gobierno, humanamente es comprensible —no necesariamente justificable— cómo el estado maneja la información, y me explico.

Piense fría y desapasionadamente. Imagine al gobernador, sea quien sea, decir: “La luz va a tardar un año en llegar, no tendremos agua por 6 meses y estaremos de 3 a 4 meses sin comunicaciones”. Ahora analice qué efecto pueden tener unas expresiones así en la psiquis colectiva y cuáles serían las consecuencias. Obviamente, no estoy diciendo que el Gobierno debe mentir para tenernos “tranquilos”.

El punto es que la meta de 95 %, a mi juicio, es poco probable que se alcance. De hecho, al no cumplir con el 80 % el viernes pasado, plantearon que las condiciones del tiempo no ayudaron. ¿No se pensó en eso cuando se hizo el compromiso? Obviamente sí. En ese momento se trabajó con la psiquis de los responsables de restablecer el servicio, metiéndoles algo de presión. También se tocó la psiquis del pueblo, para calmar y brindar esperanza de que se restablecería lo más pronto posible el sistema eléctrico. Si la sensación hubiera sido que el país estaría sin luz un año, se vaciaba la mitad de la isla, lo que se convertiría en un tiro al corazón de lo que quedaría de país.

Cuando el huracán nos impactó, aún con el corazón latiendo aceleradamente y la adrenalina en high, todos éramos conscientes y comprendíamos que estaríamos largos meses sin luz. La prioridad era la seguridad y la alimentación en ese entonces. Hoy la comprensión se convierte en impaciencia, molestia y desesperación.

Parte de las responsabilidades de un líder gubernamental, cuyas acciones impactan colectivamente a un pueblo, es mantener y proyectar esperanza. Si el 95 % de generación y distribución no se logra en los próximos 10 días, y se llega en uno o dos meses más, sigue siendo un logro gigantesco considerando los daños.

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